Versículos de la Biblia sobre 'Mis'
- En tu mano están mis años;
líbrame de la mano de mis enemigos, y de los que me persiguen. - Si me amáis, guardaréis mis mandamientos.
- Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos —declara el Señor. - Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas.
- Porque tu misericordia es mejor que la vida,
mis labios te alabarán.
Así te bendeciré mientras viva,
en tu nombre alzaré mis manos. - Lámpara es a mis pies tu palabra,
y luz para mi camino. - El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
- Busqué al Señor, y Él me respondió,
y me libró de todos mis temores. - Hice un pacto con mis ojos,
¿cómo podía entonces mirar a una virgen? - Yo soy el Señor vuestro Dios; andad en mis estatutos, guardad mis decretos y ponedlos por obra. Y santificad mis días de reposo; y que sean una señal entre yo y vosotros, para que sepáis que yo soy el Señor vuestro Dios.
- Hijo mío, presta atención a mis palabras,
inclina tu oído a mis razones;
que no se aparten de tus ojos,
guárdalas en medio de tu corazón. - Porque como los cielos son más altos que la tierra,
así mis caminos son más altos que vuestros caminos,
y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. - Así, pues, guardaréis mis mandamientos y los cumpliréis; yo soy el Señor.
- No tengo mayor gozo que este: oír que mis hijos andan en la verdad.
- Tú enciendes mi lámpara, oh Señor;
mi Dios que alumbra mis tinieblas. - Afirma mis pasos en tu palabra,
y que ninguna iniquidad me domine. - Oye, hijo mío, recibe mis palabras,
y muchos serán los años de tu vida. - Escucha mi oración, oh Señor, y presta oído a mi clamor;
no guardes silencio ante mis lágrimas;
porque extranjero soy junto a ti,
peregrino, como todos mis padres. - Y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y en tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque Abraham me obedeció, y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.
- Guardaréis mis días de reposo, y tendréis en reverencia mi santuario; yo soy el Señor.
- Darán voces de júbilo mis labios, cuando te cante alabanzas,
y mi alma, que tú has redimido. - En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros.
- Tú me has dado también el escudo de tu salvación;
tu diestra me sostiene,
y tu benevolencia me engrandece.
Ensanchas mis pasos debajo de mí,
y mis pies no han resbalado. - Volveos a mi reprensión:
he aquí, derramaré mi espíritu sobre vosotros,
os haré conocer mis palabras. - A ti extiendo mis manos;
mi alma te anhela como la tierra sedienta. (Selah)
Temas relacionados
Ley
Y estas palabras que...
Palabra de Dios
Porque la palabra de...
Obediencia
Jesús respondió, y le...
Amor
El amor es paciente...
Seguir
Andad en todo el...
Adoración
Oh Señor, tú eres...