Versículos de la Biblia sobre 'Mis'
- Mi vida entera está en tus manos;
líbrame de mis enemigos y perseguidores. - Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.
- ¡Respondan a mis reprensiones!
Yo les compartiré mis pensamientos
y les daré a conocer mis enseñanzas. - Infundiré mi Espíritu en ustedes y haré que sigan mis estatutos y obedezcan mis leyes.
- Ante ti, Señor, están todos mis deseos;
no te son un secreto mis suspiros. - Mis caminos y mis pensamientos
son más altos que los de ustedes;
¡más altos que los cielos sobre la tierra! - Tu gran amor es mejor que la vida;
por eso mis labios te alabarán.
Te bendeciré mientras viva
y alzando mis manos te invocaré. - El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.
- Tu palabra es una lámpara a mis pies;
es una luz en mi sendero. - Yo soy el Señor su Dios. Sigan mis estatutos, obedezcan mis leyes y observen mis sábados como días consagrados a mí, como señal entre ustedes y yo, para que reconozcan que yo soy el Señor su Dios.
- «Porque mis pensamientos no son los de ustedes
ni sus caminos son los míos»,
afirma el Señor. - Busqué al Señor y él me respondió;
me libró de todos mis temores. - Hijo mío, atiende a mis consejos;
escucha atentamente lo que digo.
No pierdas de vista mis palabras;
guárdalas muy dentro de tu corazón. - Obedezcan mis mandamientos y pónganlos por obra. Yo soy el Señor.
- Yo había convenido con mis ojos
no mirar con lujuria a ninguna mujer joven. - Nada me produce más alegría que oír que mis hijos viven en la verdad.
- Multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y les daré todas esas tierras. Por medio de tu descendencia todas las naciones de la tierra serán bendecidas, porque Abraham me obedeció y cumplió mis órdenes y mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.
- Tú, Señor, mantienes mi lámpara encendida;
tú, Dios mío, iluminas mis tinieblas. - Escucha, hijo mío, acoge mis palabras
y los años de tu vida aumentarán. - Observen mis sábados y muestren reverencia por mi santuario. Yo soy el Señor.
- Guía mis pasos conforme a tu promesa;
no permitas que ninguna iniquidad me domine. - Si se conducen según mis estatutos y obedecen fielmente mis mandamientos, yo enviaré lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán sus frutos.
- Gritarán de júbilo mis labios
cuando yo te cante salmos,
pues me has salvado la vida. - De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.
- Sean, pues, aceptables ante ti
mis palabras y mis meditaciones
oh Señor, mi roca y mi redentor. - Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos.
- Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas;
más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos.
Porque prolongarán tu vida muchos años
y te traerán paz. - Mientras guardé silencio,
mis huesos se fueron consumiendo
por mi gemir de todo el día. - Señor, escucha mi oración,
atiende a mi clamor;
no te desentiendas de mi llanto.
Ante ti soy un extranjero,
alguien que está de paso, como todos mis antepasados. - Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá.
- Él, en cambio, conoce mis caminos;
si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro.
En sus sendas he afirmado mis pies;
he seguido su camino sin desviarme. - El Señor y Dios es mi fuerza;
da a mis pies la ligereza de una gacela
y me hace caminar por las alturas. - Tú me cubres con el escudo de tu salvación
y con tu diestra me sostienes;
tu ayuda me ha hecho prosperar.
Has despejado el paso de mi camino,
para que mis tobillos no se tuerzan. - Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, pero no apresurarse para hablar ni para enojarse.
- A las montañas levanto mis ojos;
¿de dónde ha de venir mi ayuda?
Mi ayuda proviene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. - Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo: —Si se mantienen fieles a mis palabras, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
- Porque eres precioso a mis ojos
y digno de honra, yo te amo.
A cambio de ti entregaré pueblos;
a cambio de tu vida entregaré naciones. - Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
- Bendeciré al Señor en todo tiempo;
lo alabarán siempre mis labios. - Pero te confesé mi pecado
y no te oculté mi maldad.
Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor».
Y tú perdonaste la culpa de mi pecado. Selah - ¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo amará; y yo también lo amaré y me manifestaré a él.
- Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis ansiedades.
Fíjate si voy por un camino que te ofende
y guíame por el camino eterno. - «Por lo tanto, adviérteles que así dice el Señor y Dios: “Mis palabras se cumplirán sin retraso: yo cumpliré con lo que digo”», afirma el Señor y Dios.
- ¡Ojalá tuvieran un corazón inclinado a temerme y cumplir todos mis mandamientos para que a ellos y a sus hijos siempre les vaya bien!
- Pero si el malvado se arrepiente de todos los pecados que ha cometido, obedece todos mis estatutos y practica el derecho y la justicia, no morirá.
- Yo amo al Señor
porque él escucha mi voz de súplica.
Por cuanto él inclina a mí su oído,
lo invocaré toda mi vida. - Ten piedad de mí, oh Dios,
conforme a tu gran amor;
conforme a tu misericordia,
borra mis transgresiones.
Lávame de toda mi maldad
y límpiame de mi pecado. - No bien decía: «Mis pies resbalan»,
cuando ya tu gran amor, Señor, venía en mi ayuda. - Hacia ti extiendo las manos;
me haces falta, como el agua a la tierra seca. Selah - Jesús le dijo: —No me detengas, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes”.