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Versículos de la Biblia sobre 'Nombre'

  • Ayúdanos oh Dios de nuestra salvación,
    por la gloria de tu nombre;
    líbranos y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.
  • No tomarás en vano el nombre del Señor tu Dios, porque el Señor no tendrá por inocente a quien tome su nombre en vano.
  • Y sucederá que todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo.
  • Porque: Todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo.
  • Bendice, alma mía, al Señor,
    y bendiga todo mi ser su santo nombre.
  • Y aquel día dirás:
    Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
    haced conocer entre los pueblos sus obras,
    haced recordar que su nombre es enaltecido.
  • Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra.
  • En ti me alegraré y me regocijaré;
    cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo.
  • Te exaltaré mi Dios, oh Rey,
    y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.
  • Nuestro socorro está en el nombre del Señor,
    que hizo los cielos y la tierra.
  • Así el vencedor será vestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.
  • Dad gracias al Señor, invocad su nombre;
    dad a conocer sus obras entre los pueblos.
  • Y el Señor será rey sobre toda la tierra; aquel día el Señor será uno, y uno su nombre.
  • Porque tú eres mi roca y mi fortaleza,
    y por amor de tu nombre me conducirás y me guiarás.
  • El nombre del Señor es torre fuerte,
    a ella corre el justo y está a salvo.
  • Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
  • Y ahora, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados invocando su nombre.
  • La memoria del justo es bendita,
    pero el nombre del impío se pudrirá.
  • Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
  • Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.
  • Enséñame, oh Señor, tu camino;
    andaré en tu verdad;
    unifica mi corazón para que tema tu nombre.
  • Cantad a Dios, cantad alabanzas a su nombre;
    abrid paso al que cabalga por los desiertos,
    cuyo nombre es el Señor; regocijaos delante de Él.
    Padre de los huérfanos y defensor de las viudas
    es Dios en su santa morada.
  • Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo.
  • No a nosotros, Señor, no a nosotros,
    sino a tu nombre da gloria,
    por tu misericordia, por tu fidelidad.
  • Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.
  • En ti pondrán su confianza los que conocen tu nombre,
    porque tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan.
  • Más vale el buen nombre que las muchas riquezas,
    y el favor que la plata y el oro.
  • Algunos confían en carros, y otros en caballos;
    mas nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios confiaremos.
  • Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre.
  • Ciertamente, siguiendo la senda de tus juicios,
    oh Señor, te hemos esperado;
    tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma.
  • De este dan testimonio todos los profetas, de que por su nombre, todo el que cree en Él recibe el perdón de los pecados.
  • Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos.
  • El que cree en Él no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
  • Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre.
  • Oh Señor, tú eres mi Dios;
    te ensalzaré, daré alabanzas a tu nombre,
    porque has hecho maravillas,
    designios concebidos desde tiempos antiguos con toda fidelidad.
  • Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos.
  • Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.
  • Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.
  • Mas para vosotros que teméis mi nombre, se levantará el sol de justicia con la salud en sus alas; y saldréis y saltaréis como terneros del establo.
  • Me dejé buscar por los que no preguntaban por mí;
    me dejé hallar por los que no me buscaban.
    Dije: «Heme aquí, heme aquí»,
    a una nación que no invocaba mi nombre.
  • Porque tu misericordia es mejor que la vida,
    mis labios te alabarán.
    Así te bendeciré mientras viva,
    en tu nombre alzaré mis manos.
  • Te rogamos, oh Señor: sálvanos ahora;
    te rogamos, oh Señor: prospéranos ahora.
    Bendito el que viene en el nombre del Señor;
    desde la casa del Señor os bendecimos.
  • Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
  • Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.
  • Y las multitudes que iban delante de Él, y las que iban detrás, gritaban, diciendo:
    ¡Hosanna al Hijo de David!
    ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
    ¡Hosanna en las alturas!
  • Vosotros, pues, orad de esta manera:
    «Padre nuestro que estás en los cielos,
    santificado sea tu nombre.
    Venga tu reino.
    Hágase tu voluntad,
    así en la tierra como en el cielo.»
  • El que edifica en los cielos sus altos aposentos,
    y sobre la tierra ha establecido su bóveda;
    el que llama a las aguas del mar
    y las derrama sobre la faz de la tierra:
    el Señor es su nombre.
  • Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en lenguas y profetizaban.
  • Y les dijo: El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ese es grande.
  • Porque Dios no es injusto como para olvidarse de vuestra obra y del amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido, y sirviendo aún, a los santos.