- Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte a su debido tiempo.
- Por tanto, en cuanto a comer de lo sacrificado a los ídolos, sabemos que un ídolo no es nada en el mundo, y que no hay sino un solo Dios.
- Sanad a los enfermos que haya en ella, y decidles: «Se ha acercado a vosotros el reino de Dios».
- Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.
- Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
- Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
- Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.
- Porque ninguna cosa será imposible para Dios.
- Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios.
- Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
- Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para gloria de Dios.
- Cómo no rehuí declarar a vosotros nada que fuera útil, y de enseñaros públicamente y de casa en casa.
- Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo.
- Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.
- Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o que hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
- ¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti?
Y fuera de ti, nada deseo en la tierra. - Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
- Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, por el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
- Y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio.
- Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
- Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él.
- Y para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de Dios, y encuentre confortante reposo con vosotros.
- Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue recibido en el cielo y se sentó a la diestra de Dios.
- Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre.
- Ciertamente el Señor Dios no hace nada
sin revelar su secreto
a sus siervos los profetas.
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