- En ti confiarán los que conocen tu nombre,
por cuanto tú, Jehová, no desamparaste a los que te buscaron. - Sin embargo, Jehová esperará para tener piedad de vosotros.
A pesar de todo, será exaltado y tendrá de vosotros misericordia,
porque Jehová es Dios justo.
¡Bienaventurados todos los que confían en él! - ¿Acaso no sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios está en vosotros?
- ¿Quién es Dios sino sólo Jehová?
¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? - Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.
- Vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino, y se arrepintió del mal que había anunciado hacerles, y no lo hizo.
- El segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay otro mandamiento mayor que estos.
- De lo profundo, Jehová, a ti clamo.
Señor, oye mi voz;
estén atentos tus oídos
a la voz de mi súplica. - Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
- Porque ¿quién es Dios, sino sólo Jehová?
¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? - Hazme oír por la mañana tu misericordia,
porque en ti he confiado.
Hazme saber el camino por donde ande,
porque hacia ti he elevado mi alma. - Extendí mis manos hacia ti,
mi alma te anhela como la tierra sedienta. Selah - En mi corazón he guardado tus dichos,
para no pecar contra ti. - ¡Alégrate mucho, hija de Sión!
¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén!
Mira que tu rey vendrá a ti, justo y salvador,
pero humilde, cabalgando sobre un asno,
sobre un pollino hijo de asna. - Si tu hermano peca contra ti, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si siete veces al día peca contra ti, y siete veces al día vuelve a ti, diciendo: “Me arrepiento”, perdónalo.
- Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
- Si escuchas atentamente la voz de Jehová, tu Dios, y haces lo recto delante de sus ojos, das oído a sus mandamientos y guardas todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié sobre los egipcios traeré sobre ti, porque yo soy Jehová, tu sanador.
- El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
- Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguien tuviera el valor de morir por el bueno. Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
- Me alegraré y me regocijaré en ti;
cantaré a tu nombre, Altísimo. - Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.
- Ya que Jehová, tu Dios, te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones, pero tú no tomarás prestado; tendrás dominio sobre muchas naciones, pero sobre ti no tendrán dominio.
- Pedro le dijo: —Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieras al Espíritu Santo y sustrajeras del producto de la venta de la heredad? Reteniéndola, ¿no te quedaba a ti?, y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.
- Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
- ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
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