- Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
- Encamíname en tu verdad, ¡enséñame!
Tú eres mi Dios y Salvador;
¡en ti pongo mi esperanza todo el día! - Pero Dios es mi socorro;
el Señor es quien me sostiene. - En mi corazón atesoro tus dichos
para no pecar contra ti. - Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.
- Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, también el que come de mí vivirá por mí.
- ¿Crees que no puedo acudir a mi Padre, y al instante pondría a mi disposición más de doce batallones de ángeles?
- Tu palabra es una lámpara a mis pies;
es una luz en mi sendero. - Alaba, alma mía, al Señor;
alabe todo mi ser su santo nombre. - Espero al Señor, lo espero con toda el alma;
en su palabra he puesto mi esperanza. - Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.
- Mi enseñanza no es mía —replicó Jesús—, sino del que me envió.
- Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.
- Mi boca rebosa de alabanzas a tu nombre,
y todo el día proclama tu grandeza. - Yo sé que mi redentor vive,
y que al final triunfará sobre la muerte. - Respondan a mis reprensiones,
y yo les abriré mi corazón;
les daré a conocer mis pensamientos. - También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio a ellos y dijo: —Este pan es mi cuerpo, entregado por ustedes; hagan esto en memoria de mí.
- Inclina mi corazón hacia tus estatutos
y no hacia las ganancias desmedidas. - Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.
- Por tanto, digo:
«El Señor es todo lo que tengo.
¡En él esperaré!» - Me di a conocer a los que no preguntaban por mí;
dejé que me hallaran los que no me buscaban.
A una nación que no invocaba mi nombre,
le dije: “¡Aquí estoy!” - Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad;
tu ley la llevo dentro de mí. - No bien decía: «Mis pies resbalan»,
cuando ya tu amor, Señor, venía en mi ayuda. - Entonces Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?
- Hijo mío, si tu corazón es sabio,
también mi corazón se regocijará.
Versículo de la Biblia del día
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde estaban reunidos.Versículo de la Biblia al Azar
Señor, tú eres mi Dios;te exaltaré y alabaré tu nombre
porque has hecho maravillas.
Desde tiempos antiguos
tus planes son fieles y seguros.Siguiente versículo!Con imagen