- El Espíritu del Señor y Dios está sobre mí,
por cuanto me ha ungido
para anunciar buenas noticias a los pobres.
Me ha enviado a sanar los corazones heridos,
a proclamar libertad a los cautivos
y la liberación de los prisioneros. - Me deleito mucho en el Señor;
me regocijo en mi Dios.
Porque él me vistió con ropas de salvación
y me cubrió con el manto de la justicia.
Soy semejante a un novio que luce su diadema
o una novia adornada con sus joyas.






