- Pero Dios, que es rico en misericordia, por causa del gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia habéis sido salvados).
 - Sin embargo, para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas y nosotros somos para Él; y un Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por medio del cual existimos nosotros.
 - Y el testimonio es este: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo.
 - En esto conocemos el amor: en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
 - Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron.
 - Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
 - Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
 - No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
 - Sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo.
 - ¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
 - Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para gloria de Dios.
 - Este Jesús es la piedra desechada por vosotros los constructores, pero que ha venido a ser la piedra angular.
 - Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y tenéis razón, porque lo soy.
 - Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
 - Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús.
 - No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
 - No penséis que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada.
 - Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a Él oíd.
 - Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos.
 - Bienaventurados sois cuando los hombres os aborrecen, cuando os apartan de sí, os colman de insultos y desechan vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.
 - Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.
 - Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento a fin de que conozcamos al que es verdadero; y nosotros estamos en aquel que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna.
 - Pero si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a vuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu que habita en vosotros.
 - Prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
 - Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho.
 
Temas relacionados
Padre
Como un padre se...
Salvación
Y en ningún otro...
Crucifixión
Y Él mismo llevó...
Fe
Por eso os digo...
Amor
El amor es paciente...
Vida
El Señor te protegerá...
