- Mas yo volveré mis ojos a Jehová,
esperaré al Dios de mi salvación;
el Dios mío me oirá. - ¿Qué Dios hay como tú,
que perdona la maldad
y olvida el pecado
del remanente de su heredad?
No retuvo para siempre su enojo,
porque se deleita en la misericordia. - Él volverá a tener misericordia de nosotros;
sepultará nuestras iniquidades
y echará a lo profundo del mar
todos nuestros pecados.
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