- Mas yo a Jehová miraré,
esperaré al Dios de mi salvación;
el Dios mío me oirá. - ¿Qué Dios como tú,
que perdona la maldad,
y olvida el pecado del remanente de su heredad?
No retuvo para siempre su enojo,
porque se deleita en misericordia. - Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno,
y qué pide Jehová de ti:
solamente hacer justicia,
y amar misericordia,
y humillarte ante tu Dios. - El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.
- Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.
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