Versículos de la Biblia sobre 'Amor de Dios'
- Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios y a la paciencia de Cristo.
- La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
- En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él.
- Y la esperanza no nos defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
- Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
- Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
- Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.
- Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.
- Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.
- Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios en él.
- El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la Ley es el amor.
- El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
- Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
- ¡Ayúdanos, Dios de nuestra salvación,
por la gloria de tu nombre!
¡Líbranos y perdona nuestros pecados
por amor de tu nombre! - Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios.
- Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.
¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? - Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció a él.
- Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
- Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
- Jesús le dijo: —¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?
- ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro o espada?
- Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
- Bienaventurados los pacificadores,
porque serán llamados hijos de Dios. - Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor, porque el amor cubrirá multitud de pecados.
- Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
- Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
- Y creó Dios al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó;
varón y hembra los creó. - En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
- Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
- ¿Acaso no sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios está en vosotros?
- Toda palabra de Dios es limpia;
él es escudo para los que en él esperan. - ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
- El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
- Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre. - Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
- Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
- El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
- Lucho para que sean consolados sus corazones y para que, unidos en amor, alcancen todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo.
- Pero él dijo: —¡Antes bien, bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen!
- Si, pues, coméis o bebéis o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
- Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte a su debido tiempo.
- Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás.
- Respondió Jesús y les dijo: —Ésta es la obra de Dios, que creáis en aquel que él ha enviado.
- Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
- Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
- Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
- Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
- Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
- Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios.
- Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
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