Versículos de la Biblia sobre 'Casa de Dios'
- Porque toda casa tiene su constructor, pero el constructor de todo es Dios.
- Vale más pasar un día en tus atrios
que mil fuera de ellos;
prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios
que habitar entre los impíos. - La bondad y el amor me seguirán
todos los días de mi vida;
y en la casa del Señor
habitaré para siempre. - Un sábado, al cruzar Jesús los sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar a su paso unas espigas de trigo. —Mira —le preguntaron los fariseos—, ¿por qué hacen ellos lo que está prohibido hacer en sábado? Él les contestó: —¿Nunca han leído lo que hizo David en aquella ocasión, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre y pasaron necesidad? Entró en la casa de Dios cuando Abiatar era el sumo sacerdote, y comió los panes consagrados a Dios, que solo a los sacerdotes les es permitido comer. Y dio también a sus compañeros. El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado —añadió—. Así que el Hijo del hombre es Señor incluso del sábado.
- Y día tras día, en el templo y de casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que Jesús es el Mesías.
- De hecho, sabemos que, si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas.
- No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca.
- No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre. No vayas a la casa de tu hermano cuando tengas un problema. Más vale vecino cercano que hermano distante.
- ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios? —le contestó Jesús.
- La casa y el dinero se heredan de los padres,
pero la esposa inteligente es un don del Señor. - No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.
- Una sola cosa le pido al Señor,
y es lo único que persigo:
habitar en la casa del Señor
todos los días de mi vida,
para contemplar la hermosura del Señor
y recrearme en su templo. - Tengo sed de Dios, del Dios de la vida.
¿Cuándo podré presentarme ante Dios? - Dichosos los que trabajan por la paz,
porque serán llamados hijos de Dios. - Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.
- El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.
- Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
- ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
- Toda palabra de Dios es digna de crédito;
Dios protege a los que en él buscan refugio. - La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios.
- Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre. - Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.
- Esta es la obra de Dios: que crean en aquel a quien él envió —les respondió Jesús.
- ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?
- El que no provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo.
Versículo de la Biblia del día
Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará?¡Es más valiosa que las piedras preciosas!