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Versículos de la Biblia sobre 'Dado'

  • A ti, Dios de mis padres,
    te doy gracias y te alabo,
    porque me has dado sabiduría y fuerza,
    y ahora me has revelado lo que te pedimos,
    pues nos has dado a conocer el asunto del rey.
  • Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo esté, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado, pues me has amado desde antes de la fundación del mundo.
  • Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo.
  • Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
  • En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.
  • A Dios nadie lo ha visto jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él lo ha dado a conocer.
  • Nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que lo obedecen.
  • Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
  • Les he dado a conocer tu nombre y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado esté en ellos y yo en ellos.
  • Y la esperanza no nos defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
  • También tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: —Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.
  • Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció a él.
  • El que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.
  • Pero el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco, porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará, y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.
  • Porque un niño nos ha nacido,
    hijo nos ha sido dado,
    y el principado sobre su hombro.
    Se llamará su nombre
    «Admirable consejero», «Dios fuerte»,
    «Padre eterno», «Príncipe de paz».
  • Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios y la vida eterna.
  • Después dijo Dios: «Mirad, os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, así como todo árbol en que hay fruto y da semilla. De todo esto podréis comer.»
  • De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
  • Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: —Bebed de ella todos, porque esto es mi sangre del nuevo pacto que por muchos es derramada para perdón de los pecados.
  • Pero cuando os lleven para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os sea dado en aquella hora, eso hablad, porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
  • Todo lo que se mueve y vive os servirá de alimento, lo mismo que las legumbres y las plantas verdes. Os lo he dado todo. Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.
  • He aquí, pues, el bien que he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar de los frutos de todo el trabajo con que uno se fatiga debajo del sol todos los días de la vida que Dios le ha dado, porque ésa es su recompensa.
  • Por medio de estas cosas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas lleguéis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de las pasiones.
  • Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos,
    porque con ellos me has vivificado.
  • Y nosotros tenemos este mandamiento de él: «El que ama a Dios, ame también a su hermano.»
  • El que encuentra esposa encuentra el bien
    y alcanza la benevolencia de Jehová.
  • Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
  • Guardad cuidadosamente los mandamientos de Jehová, vuestro Dios, sus testimonios y los estatutos que te ha mandado.
  • Me mostrarás la senda de la vida;
    en tu presencia hay plenitud de gozo,
    delicias a tu diestra para siempre.
  • Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo, porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
  • Me diste asimismo el escudo de tu salvación;
    tu diestra me sustentó
    y tu benignidad me ha engrandecido.
    Ensanchaste mis pasos debajo de mí
    y mis pies no han resbalado.
  • Porque ¿quién soy yo y quién es mi pueblo, para que pudiéramos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.
  • Asimismo, a todo hombre a quien Dios da bienes y riquezas, le da también facultad para que coma de ellas, tome su parte y goce de su trabajo. Esto es don de Dios.
  • Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las dio, mayor que todos es, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. El Padre y yo uno somos.
  • ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz,
    para dejar de compadecerse del hijo de su vientre?
    ¡Aunque ella lo olvide,
    yo nunca me olvidaré de ti!
    He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida;
    delante de mí están siempre tus muros.
  • ¿Qué, pues, diremos? ¿La Ley es pecado? ¡De ninguna manera! Pero yo no conocí el pecado sino por la Ley; y tampoco conocería la codicia, si la Ley no dijera: «No codiciarás».
  • Entonces Job se levantó, rasgó su manto y se rasuró la cabeza; luego, postrado en tierra, adoró y dijo:
    «Desnudo salí del vientre de mi madre
    y desnudo volveré allá.
    Jehová dio y Jehová quitó:
    ¡Bendito sea el nombre de Jehová!»