- Procurando mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
- Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios.
- El ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
- Salí del Padre y he venido al mundo; otra vez dejo el mundo y regreso al Padre.
- Y el Verbo se hizo carne
y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad;
y vimos su gloria,
gloria como del unigénito del Padre. - Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
- Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es.
- Así que, si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres.
- ¿Acaso no sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios está en vosotros?
- Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad.
- Porque así dijo el Alto y Sublime,
el que habita la eternidad
y cuyo nombre es el Santo:
«Yo habito en la altura y la santidad,
pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu,
para reavivar el espíritu de los humildes
y para vivificar el corazón de los quebrantados.» - Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios.
- Así como me envió el Padre viviente y yo vivo por el Padre, también el que me come vivirá por mí.
- Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él.
- Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: —¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
- Felipe le dijo: —Señor, muéstranos el Padre y nos basta.
- Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
- Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: «¡Abba, Padre!»
- El corazón alegre es una buena medicina,
pero el espíritu triste seca los huesos. - ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
- Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
- Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
- Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
- Respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.
- No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová,
no te canses de que él te corrija,
porque Jehová al que ama castiga,
como el padre al hijo a quien quiere.
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¡Espera en Jehová!¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón!
¡Sí, espera en Jehová!