El día en que temo, yo en ti confío. | Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza. |
En esto sabemos que permanecemos en Él y Él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. | ¿Cómo sabemos que permanecemos en él, y que él permanece en nosotros? Porque nos ha dado de su Espíritu. |
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Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre. | Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre. |
No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí. | No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. |
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. | El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. |
Espero en el Señor; en Él espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza. | Espero al Señor, lo espero con toda el alma; en su palabra he puesto mi esperanza. |
Gozándoos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración. | Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración. |
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. | Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra. |
Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. | Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. |
El que guarda sus mandamientos permanece en Él y Dios en él. Y en esto sabemos que Él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado. | El que obedece sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. ¿Cómo sabemos que él permanece en nosotros? Por el Espíritu que nos dio. |
Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace. | Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad. |
Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. | Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte. |
Justo es el Señor en todos sus caminos, y bondadoso en todos sus hechos. | El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras. |
Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias. | Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento. |
Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús. | Así que tú, hijo mío, fortalécete por la gracia que tenemos en Cristo Jesús. |
En ti, oh Señor, me refugio; jamás sea yo avergonzado; líbrame en tu justicia. | En ti, Señor, busco refugio; jamás permitas que me avergüencen; en tu justicia, líbrame. |
Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos. | Te daré las llaves del reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo. |
Sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. | Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo. |
En cuanto a vosotros, que permanezca en vosotros lo que oísteis desde el principio. Si lo que oísteis desde el principio permanece en vosotros, vosotros también permaneceréis en el Hijo y en el Padre. | Permanezca en ustedes lo que han oído desde el principio, y así ustedes permanecerán también en el Hijo y en el Padre. |
Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad. | Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. |
Confía en el Señor, y haz el bien; habita en la tierra, y cultiva la fidelidad. | Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. |
Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres. | Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. |
¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra. | ¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra. |
Algunos confían en carros, y otros en caballos; mas nosotros en el nombre del Señor nuestro Dios confiaremos. | Estos confían en sus carros de guerra, aquellos confían en sus corceles, pero nosotros confiamos en el nombre del Señor nuestro Dios. |
Bendeciré al Señor en todo tiempo; continuamente estará su alabanza en mi boca. | Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán. |