Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían. | Bueno es el Señor, una fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en Él se refugian. |
Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos. | Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu, y así, velad con toda perseverancia y súplica por todos los santos. |
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Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. | Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él. |
Me regocijo en el camino de tus estatutos más que en todas las riquezas. | Me he gozado en el camino de tus testimonios, más que en todas las riquezas. |
Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. | Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas. |
Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. | Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. |
Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no siento miedo. ¿Qué puede hacerme un simple mortal? | En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? |
Cuídame, oh Dios, porque en ti busco refugio. | Protégeme, oh Dios, pues en ti me refugio. |
Reciban al que es débil en la fe, pero no para entrar en discusiones. | Aceptad al que es débil en la fe, pero no para juzgar sus opiniones. |
Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento. | Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias. |
Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. | Y todo lo que pidáis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. |
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. | En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. |
Este es el día en que el Señor actuó; regocijémonos y alegrémonos en él. | Este es el día que el Señor ha hecho; regocijémonos y alegrémonos en él. |
Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá. | Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y os será hecho. |
Reconoce y considera seriamente hoy que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro. | Por tanto, reconoce hoy y reflexiona en tu corazón, que el Señor es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra; no hay otro. |
Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza todo el día! | Guíame en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti espero todo el día. |
Así que tú, hijo mío, fortalécete por la gracia que tenemos en Cristo Jesús. | Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús. |
Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, y en amor, fe y pureza. | No permitas que nadie menosprecie tu juventud; antes, sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza. |
Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción. | Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. |
Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán. | Bendeciré al Señor en todo tiempo; continuamente estará su alabanza en mi boca. |
Espero al Señor, lo espero con toda el alma; en su palabra he puesto mi esperanza. | Espero en el Señor; en Él espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza. |
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. | Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. |
Ustedes deben orar así: “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.” | Vosotros, pues, orad de esta manera: «Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.» |
En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz. | Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquellos que hacen la paz. |
Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano. | Por tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. |