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Versículos de la Biblia sobre 'Gloria'

  • ¿Quién es este Rey de gloria?
    ¡Es Jehová de los ejércitos!
    ¡Él es el Rey de gloria! Selah
  • Y el Verbo se hizo carne
    y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad;
    y vimos su gloria,
    gloria como del unigénito del Padre.
  • Jesús le dijo: —¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?
  • Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor.
  • Sea llena mi boca de tu alabanza,
    de tu gloria todo el día.
  • ¡Exaltado seas, Dios, sobre los cielos!
    ¡Sobre toda la tierra sea tu gloria!
  • Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
  • A ellos, Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, esperanza de gloria.
  • Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
    mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
  • Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
    para gloria de Dios Padre.
  • Exaltado seas, Dios, sobre los cielos,
    y sobre toda la tierra sea enaltecida tu gloria.
  • En Dios está mi salvación y mi gloria;
    en Dios está mi roca fuerte y mi refugio.
  • ¡Gloria a Dios en las alturas
    y en la tierra paz,
    buena voluntad para con los hombres!
  • ¡Levántate, resplandece, porque ha venido tu luz
    y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti!
  • Vida eterna a los que, perseverando en hacer el bien, buscan gloria, honra e inmortalidad.
  • Si, pues, coméis o bebéis o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.
  • Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.
  • Porque de él, por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.
  • No a nosotros, Jehová, no a nosotros,
    sino a tu nombre da gloria,
    por tu misericordia, por tu verdad.
  • Pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.
  • Para esto él os llamó por medio de nuestro evangelio: para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
  • Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
  • ¡Ayúdanos, Dios de nuestra salvación,
    por la gloria de tu nombre!
    ¡Líbranos y perdona nuestros pecados
    por amor de tu nombre!
  • Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
  • Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
  • Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo esté, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado, pues me has amado desde antes de la fundación del mundo.
  • Y el Señor me librará de toda obra mala y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.
  • Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
  • No nos metas en tentación,
    sino líbranos del mal,
    porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria,
    por todos los siglos. Amén.
  • Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
  • Pero el que se gloría, gloríese en el Señor. No es aprobado el que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien Dios alaba.
  • Los cielos cuentan la gloria de Dios
    y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
    Un día emite palabra a otro día
    y una noche a otra noche declara sabiduría.
  • Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios, y son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.
  • Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él.
  • Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.
  • Pero el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.
  • Tuya es, Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.
  • Indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:
    Dios fue manifestado en carne,
    justificado en el Espíritu,
    visto de los ángeles,
    predicado a los gentiles,
    creído en el mundo,
    recibido arriba en gloria.
  • Que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.
  • Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el dar grandeza y poder a todos.
  • Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.
  • Él, que es el resplandor de su gloria, la imagen misma de su sustancia y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
  • A todo lo creado que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, oí decir: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.»
  • Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor.
  • Que el Dios de paz, que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
  • Si no escucháis y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros y maldeciré vuestras bendiciones; y ya las he maldecido, porque no os habéis decidido de corazón.
  • El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría,
    y a la honra precede la humildad.
  • Corona de los viejos son los nietos
    y honra de los hijos son sus padres.
  • Antes del quebranto se engríe el corazón del hombre,
    pero antes de los honores está la humildad.
  • Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndolos aún.