Versículos de la Biblia sobre 'Miedo'
- El día en que temo,
yo en ti confío. - El Señor está a mi favor; no temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre? - ¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.
- La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
- Sed firmes y valientes, no temáis ni os aterroricéis ante ellos, porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará.
- No temas, porque yo estoy contigo;
no te desalientes, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré,
sí, te sostendré con la diestra de mi justicia. - Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.
- Porque yo soy el Señor tu Dios, que sostiene tu diestra,
que te dice: «No temas, yo te ayudaré». - En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor.
- Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.
- Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento. - Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
- Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
- El temor al hombre es un lazo,
pero el que confía en el Señor estará seguro. - Pero cuando ellos le vieron andando sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar; porque todos le vieron y se turbaron. Pero enseguida Él habló con ellos y les dijo: ¡Tened ánimo; soy yo, no temáis!
- De manera que decimos confiadamente:
El Señor es el que me ayuda; no temeré.
¿Qué podrá hacerme el hombre? - No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido daros el reino.
- Busqué al Señor, y Él me respondió,
y me libró de todos mis temores. - El Señor es mi luz y mi salvación;
¿a quién temeré?
El Señor es la fortaleza de mi vida;
¿de quién tendré temor? - Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió: No temas; cree solamente, y ella será sanada.
- ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Y sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo vuestro Padre. Y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. Así que no temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos.
- El Señor irá delante de ti; Él estará contigo, no te dejará ni te desamparará; no temas ni te acobardes.
- No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí.
- En Dios, cuya palabra alabo,
en Dios he confiado, no temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre? - Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
- Pero aun si sufrís por causa de la justicia, dichosos sois. Y no os amedrentéis por temor a ellos ni os turbéis.
- Como un padre se compadece de sus hijos,
así se compadece el Señor de los que le temen. - Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo.
- Porque las costumbres de los pueblos son vanidad;
pues un leño del bosque es cortado,
lo trabajan las manos de un artífice con la azuela;
con plata y oro lo adornan,
con clavos y martillos lo aseguran
para que no se mueva.
Como los espantapájaros de un pepinar,
sus ídolos no hablan;
tienen que ser transportados,
porque no andan.
No les tengáis miedo,
porque no pueden hacer ningún mal,
ni tampoco hacer bien alguno. - Yo, yo soy vuestro consolador.
¿Quién eres tú que temes al hombre mortal,
y al hijo del hombre que como hierba es tratado? - ¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Y sin embargo, ni uno de ellos está olvidado ante Dios. Es más, aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos.
- Aunque un ejército acampe contra mí,
no temerá mi corazón;
aunque en mi contra se levante guerra,
a pesar de ello, estaré confiado. - ¡Cuán grande es tu bondad,
que has guardado para los que te temen,
que has obrado para los que en ti se refugian,
delante de los hijos de los hombres! - Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno.
- Y hablando el ángel, dijo a las mujeres: Vosotras, no temáis; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, porque ha resucitado, tal como dijo. Venid, ved el lugar donde yacía.
- El rescate de la vida de un hombre está en sus riquezas,
pero el pobre no oye amenazas.
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