Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él. | Instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apartará de él. |
¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores. | Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. |
Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar. | Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. |
Porque los montes serán quitados y las colinas temblarán, pero mi misericordia no se apartará de ti, y el pacto de mi paz no será quebrantado —dice el Señor, que tiene compasión de ti. | «Porque los montes se moverán y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia ni el pacto de mi paz se romperá», dice Jehová, el que tiene misericordia de ti. |
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis oportunidad al diablo. | Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. |
¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? El Dios eterno, el Señor, el creador de los confines de la tierra no se fatiga ni se cansa. Su entendimiento es inescrutable. | ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. |
Y se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra. | Si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra. |
Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra, adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El Señor dio y el Señor quitó; bendito sea el nombre del Señor. | Entonces Job se levantó, rasgó su manto y se rasuró la cabeza; luego, postrado en tierra, adoró y dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. Jehová dio y Jehová quitó: ¡Bendito sea el nombre de Jehová!» |
Y el nacimiento de Jesucristo fue como sigue. Estando su madre María desposada con José, antes de que se consumara el matrimonio, se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo. | El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando comprometida María, su madre, con José, antes que vivieran juntos se halló que había concebido del Espíritu Santo. |
Es honra para el hombre eludir las contiendas, pero cualquier necio se enredará en ellas. | Honra es del hombre abandonar la contienda, pero cualquier insensato se enreda en ella. |
Si alguno peca y hace cualquiera de las cosas que el Señor ha mandado que no se hagan, aunque no se dé cuenta, será culpable y llevará su castigo. | Finalmente, si una persona peca, o hace alguna de todas aquellas cosas que por mandamiento de Jehová no se han de hacer, aun sin hacerlo a sabiendas, es culpable y llevará su pecado. |
El hombre se alegra con la respuesta adecuada, y una palabra a tiempo, ¡cuán agradable es! | El hombre se alegra con la respuesta de su boca; la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es! |
Sanad a los enfermos que haya en ella, y decidles: «Se ha acercado a vosotros el reino de Dios». | Y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: “Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.” |
La esperanza que se demora enferma el corazón, pero el deseo cumplido es árbol de vida. | La esperanza que se demora es tormento del corazón; árbol de vida es el deseo cumplido. |
Por lo cual, todo lo que habéis dicho en la oscuridad se oirá a la luz, y lo que habéis susurrado en las habitaciones interiores, será proclamado desde las azoteas. | Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas. |
Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: «Dios, ten piedad de mí, pecador». | Pero el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, sé propicio a mí, pecador.” |
Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. | Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. |
Entonces, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue recibido en el cielo y se sentó a la diestra de Dios. | Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo y se sentó a la diestra de Dios. |
En gran manera me gozaré en el Señor, mi alma se regocijará en mi Dios; porque Él me ha vestido de ropas de salvación, me ha envuelto en manto de justicia como el novio se engalana con una corona, como la novia se adorna con sus joyas. | En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios, porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió y como a novia adornada con sus joyas. |
Encomienda tus obras al Señor, y tus propósitos se afianzarán. | Encomienda a Jehová tus obras y tus pensamientos serán afirmados. |
¡Aleluya! Cuán bienaventurado es el hombre que teme al Señor, que mucho se deleita en sus mandamientos. | Bienaventurado el hombre que teme a Jehová y en sus mandamientos se deleita en gran manera. |
Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil almas. | Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas. |
A todo el que te pida, dale, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames. | A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. |
Porque está escrito: Vivo yo —dice el Señor— que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua alabará a Dios. | Pues escrito está: «Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios.» |
Si alguno se cree religioso, pero no refrena su lengua, sino que engaña a su propio corazón, la religión del tal es vana. | Si alguno se cree religioso entre vosotros, pero no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. |
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