Versículos de la Biblia sobre 'Tengo'
¿A quién tengo yo en los cielos, sino a ti? Y fuera de ti, nada deseo en la tierra. | ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. |
No tengo mayor gozo que este: oír que mis hijos andan en la verdad. | No tengo yo mayor gozo que oír que mis hijos andan en la verdad. |
Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. | Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. |
Yo dije al Señor: Tú eres mi Señor; ningún bien tengo fuera de ti. | Alma mía, dijiste a Jehová: «Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti.» |
«Porque yo sé los planes que tengo para vosotros» —declara el Señor— «planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.» | Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis. |
Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha. | Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. |
Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. | Y si tuviera profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe, de tal manera que trasladara los montes, y no tengo amor, nada soy. |
Espero en el Señor; en Él espera mi alma, y en su palabra tengo mi esperanza. | Esperé yo en Jehová; esperó mi alma, en su palabra he esperado. |
Acuérdate, pues, de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y se acerquen los años en que digas: No tengo en ellos placer. | Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: «No tengo en ellos contentamiento». |
Y he aquí, se oyó una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido. | Y se oyó una voz de los cielos que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.» |
Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada. | Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. |
El Señor es mi porción —dice mi alma— por eso en Él espero. | «Mi porción es Jehová; por tanto, en él esperaré», dice mi alma. |
Al Señor he puesto continuamente delante de mí; porque está a mi diestra, permaneceré firme. | A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. |
¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Aunque ellas se olvidaran, yo no te olvidaré. He aquí, en las palmas de mis manos, te he grabado; tus muros están constantemente delante de mí. | ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? ¡Aunque ella lo olvide, yo nunca me olvidaré de ti! He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros. |
Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a Él oíd. | Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió y se oyó una voz desde la nube, que decía: «Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.» |
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? | Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? |
El Señor está a mi favor; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre? | Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. |
Y aconteció que cuando todo el pueblo era bautizado, Jesús también fue bautizado: y mientras Él oraba, el cielo se abrió, y el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma corporal, como una paloma, y vino una voz del cielo, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido. | Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado y, mientras oraba, el cielo se abrió y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma; y vino una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.» |
Porque anhelo veros para impartiros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados; es decir, para que cuando esté entre vosotros nos confortemos mutuamente, cada uno por la fe del otro, tanto la vuestra como la mía. | Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis fortalecidos; esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí. |
Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. | Entonces se le acercó Pedro y le dijo: —Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: —No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. |
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