- Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte a su debido tiempo.
- El Señor me librará de toda obra mala y me traerá a salvo a su reino celestial. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
- Compasivo y clemente es el Señor,
lento para la ira y grande en misericordia. - Antes de la destrucción el corazón del hombre es altivo,
pero a la gloria precede la humildad. - Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
- Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios;
sobre toda la tierra sea tu gloria. - Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente;
¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? - Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.
- Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
- Pero Él dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan.
- Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios,
sobre toda la tierra sea tu gloria. - ¿Y quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
- El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.
- Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
- Todo aquel que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
- Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo.
- ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
- Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, por el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
- Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios: que creáis en el que Él ha enviado.
- Tomad también el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios.
- El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.
- Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
- Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
- Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
- Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios.
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