Versículos de la Biblia sobre 'Porque debo buscar la paz'
- Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido.
- Y la semilla cuyo fruto es la justicia se siembra en paz por aquellos que hacen la paz.
- Apártate del mal y haz el bien,
busca la paz y síguela. - Por la mañana hazme oír tu misericordia,
porque en ti confío;
enséñame el camino por el que debo andar,
pues a ti elevo mi alma. - La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
- No penséis que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada.
- Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
- Esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
- Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
- Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz.
- Al de firme propósito guardarás en perfecta paz,
porque en ti confía. - En paz me acostaré y así también dormiré;
porque solo tú, Señor, me haces habitar seguro. - Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
- Huye, pues, de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que invocan al Señor con un corazón puro.
- Misericordia, paz y amor os sean multiplicados.
- Me dejé buscar por los que no preguntaban por mí;
me dejé hallar por los que no me buscaban.
Dije: «Heme aquí, heme aquí»,
a una nación que no invocaba mi nombre. - Y que el mismo Señor de paz siempre os conceda paz en todas las circunstancias. El Señor sea con todos vosotros.
- Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace. - Pues
El que quiere amar la vida y ver días buenos,
refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño.
Apártese del mal y haga el bien;
busque la paz y sígala. - Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado,
y la soberanía reposará sobre sus hombros;
y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso,
Padre Eterno, Príncipe de Paz. - ¡Qué hermosos son sobre los montes
los pies del que trae buenas nuevas,
del que anuncia la paz,
del que trae las buenas nuevas de gozo,
del que anuncia la salvación,
y dice a Sión: Tu Dios reina! - Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
- Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza,
y tu corazón guarde mis mandamientos,
porque largura de días y años de vida
y paz te añadirán. - Mucha paz tienen los que aman tu ley,
y nada los hace tropezar. - Por lo demás, hermanos, regocijaos, sed perfectos, confortaos, sed de un mismo sentir, vivid en paz; y el Dios de amor y paz será con vosotros.
- El Señor dará fuerza a su pueblo;
el Señor bendecirá a su pueblo con paz. - Y el Dios de paz aplastará pronto a Satanás debajo de vuestros pies.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. - Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
- Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
- Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres.
- Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, revestidos con la coraza de la justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz; en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del maligno.
- Porque los montes serán quitados y las colinas temblarán,
pero mi misericordia no se apartará de ti,
y el pacto de mi paz no será quebrantado
—dice el Señor, que tiene compasión de ti. - Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.
- Jesús entonces les dijo otra vez: Paz a vosotros; como el Padre me ha enviado, así también yo os envío.
- Entretanto la iglesia gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y andando en el temor del Señor y en la fortaleza del Espíritu Santo, seguía creciendo.
- Lo que también habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practicad, y el Dios de paz estará con vosotros.
- Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.
- Pero yo os digo: no juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
- Hay engaño en el corazón de los que traman el mal,
y gozo en los consejeros de paz. - Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley.
- El Señor te bendiga y te guarde;
el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti,
y tenga de ti misericordia;
el Señor alce sobre ti su rostro,
y te dé paz. - Mas Él fue herido por nuestras transgresiones,
molido por nuestras iniquidades.
El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él,
y por sus heridas hemos sido sanados. - Dad gracias al Señor, porque Él es bueno;
porque para siempre es su misericordia. - No temas, porque yo estoy contigo;
no te desalientes, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré,
sí, te sostendré con la diestra de mi justicia. - ¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ningún modo!
- Nosotros amamos, porque Él nos amó primero.
- Porque el Señor da sabiduría,
de su boca vienen el conocimiento y la inteligencia. - Con toda diligencia guarda tu corazón,
porque de él brotan los manantiales de la vida. - Porque el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad.
- Porque el que me halla, halla la vida,
y alcanza el favor del Señor.
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