- Torre inexpugnable es el nombre del Señor;
a ella corren los justos y se ponen a salvo. - El de labios mentirosos disimula su odio,
y el que propaga calumnias es un necio. - Temer a los hombres resulta una trampa,
pero el que confía en el Señor sale bien librado. - El malvado obtiene ganancias ilusorias;
el que siembra justicia asegura su ganancia. - A los justos los guía su integridad;
a los falsos los destruye su hipocresía. - Hay caminos que al hombre le parecen rectos,
pero que acaban por ser caminos de muerte. - Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre
y no abandones la enseñanza de tu madre. - El necio desdeña la corrección de su padre;
el que la acepta demuestra prudencia. - Cuando falta el consejo, fracasan los planes;
cuando abunda el consejo, prosperan. - La memoria de los justos es una bendición,
pero la fama de los malvados será pasto de los gusanos. - Honroso es al hombre evitar la contienda,
pero no hay necio que no inicie un pleito. - Con regalos se abren todas las puertas
y se llega a la presencia de gente importante. - Más vale adquirir sabiduría que oro;
más vale adquirir inteligencia que plata. - La esperanza frustrada aflige al corazón;
el deseo cumplido es un árbol de vida. - El que con sabios anda, sabio se vuelve;
el que con necios se junta, saldrá mal parado. - No va bien con los necios el lenguaje refinado,
ni con los gobernantes, la mentira. - El que atiende a la corrección va camino a la vida;
el que la rechaza se pierde. - El justo se ve coronado de bendiciones,
pero la boca del malvado encubre violencia. - El que ama la disciplina ama el conocimiento,
pero el que la aborrece es un necio. - El que adquiere cordura a sí mismo se ama,
y el que retiene el discernimiento prospera. - El que perdona la ofensa cultiva el amor;
el que insiste en la ofensa divide a los amigos. - El que refrena su lengua protege su vida,
pero el ligero de labios provoca su ruina. - Los labios del justo destilan bondad;
de la boca del malvado brota perversidad. - El orgullo solo genera contiendas,
pero la sabiduría está con quienes oyen consejos. - Trampa es consagrar algo sin pensarlo
y más tarde reconsiderar lo prometido.