- Hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
- Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
- No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará.
- Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
- Y no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos.
- Así que entonces, hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y especialmente a los de la familia de la fe.
- Pero jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo.
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