Versículos de la Biblia sobre el Sacrificio
- Nadie tiene un amor mayor que este: que uno dé su vida por sus amigos.
- Y andad en amor, así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma.
- Así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan.
- Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí, ese la salvará.
- El hacer justicia y derecho
es más deseado por el Señor que el sacrificio. - Mas id, y aprended lo que significa: «Misericordia quiero y no sacrificio»; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
- Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.
- Quien se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad y purificar para si un pueblo para posesión suya, celoso de buenas obras.
- Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
- Y desnudándole, le pusieron encima un manto escarlata. Y tejiendo una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y una caña en su mano derecha; y arrodillándose delante de Él, le hacían burla, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!
- El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con Él todas las cosas?
- Honra al Señor con tus bienes
y con las primicias de todos tus frutos. - Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos.
- Mas yo con voz de acción de gracias
te ofreceré sacrificios.
Lo que prometí, pagaré.
La salvación es del Señor. - Ni presentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
- Así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
- ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, purificará vuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo?
- Mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.
- Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito;
al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás. - Y decía: ¡Abba, Padre! Para ti todas las cosas son posibles; aparta de mí esta copa, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que tú quieras.
- Y Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.
- He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y escribas, y le condenarán a muerte; y le entregarán a los gentiles para burlarse de Él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará.
- Y que amarle con todo el corazón y con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y los sacrificios.
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