- En ti, Señor, busco refugio;
jamás permitas que me avergüencen.
Por tu justicia, líbrame. - Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza,
dirígeme por amor a tu nombre. - Mi vida entera está en tus manos;
líbrame de mis enemigos y perseguidores. - Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
por tu gran amor, sálvame. - ¡Cuán grande es tu bondad!
La reservas para los que te temen,
y a la vista de la gente la derramas
sobre los que en ti se refugian. - Cobren ánimo y ármense de valor,
todos los que en el Señor esperan.