Así como abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.
Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.
Porque así como los sufrimientos de Cristo son nuestros en abundancia, así también abunda nuestro consuelo por medio de Cristo.
Temas relacionados
Sufrimiento
Pero el Dios de...
Consolador
Bendito sea el Dios...
Jesús
Entonces Jesús, mirándolos, dijo...
Estímulo
Mas los que esperan...
Amor
El amor es sufrido...
Esperanza
Porque yo sé los...