Versículos de la Biblia sobre 'Animo y aliento'
- Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos,
y todo su ejército por el aliento de su boca. - Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
tu vara y tu cayado me infunden aliento. - Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores; y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
- Esforzaos, y aliéntese vuestro corazón,
todos vosotros que esperáis en el Señor. - Pero cuando ellos le vieron andando sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar; porque todos le vieron y se turbaron. Pero enseguida Él habló con ellos y les dijo: ¡Tened ánimo; soy yo, no temáis!
- Sed firmes y valientes, no temáis ni os aterroricéis ante ellos, porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará.
- El corazón alegre es buena medicina,
pero el espíritu quebrantado seca los huesos. - La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma;
el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo. - Y que el Dios de la paciencia y del consuelo os conceda tener el mismo sentir los unos para con los otros conforme a Cristo Jesús.
- Espera al Señor;
esfuérzate y aliéntese tu corazón.
Sí, espera al Señor. - Para que sean alentados sus corazones, y unidos en amor, alcancen todas las riquezas que proceden de una plena seguridad de comprensión, resultando en un verdadero conocimiento del misterio de Dios, es decir, de Cristo.
- Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
- Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
- Y el Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió.
- Apártate del mal y haz el bien,
busca la paz y síguela. - He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.
- De ti proceden la riqueza y el honor; tú reinas sobre todo y en tu mano están el poder y la fortaleza, y en tu mano está engrandecer y fortalecer a todos.
- Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios— el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
- No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.
- El Señor empobrece y enriquece;
humilla y también exalta. - Me invocaréis, y vendréis a rogarme, y yo os escucharé.
- Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
- Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.
- Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto.
- Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.
- Y les dijo: Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres.
- Vosotros me llamáis Maestro y Señor; y tenéis razón, porque lo soy.
- Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.
- El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él.
- Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que posees y da a los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme.
- Y mostraré mi grandeza y santidad, y me daré a conocer a los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo soy el Señor.
- El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.
- Lo que también habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practicad, y el Dios de paz estará con vosotros.
- Y todos los días, en el templo y de casa en casa, no cesaban de enseñar y predicar a Jesús como el Cristo.
- Entonces dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz.
- Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban.
- Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza.
- Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.
- Porque tú eres mi roca y mi fortaleza,
y por amor de tu nombre me conducirás y me guiarás. - Él envió su palabra y los sanó
y los libró de la muerte. - Busqué al Señor, y Él me respondió,
y me libró de todos mis temores. - Y él, Juan, tenía un vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas y miel silvestre.
- Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis inquietudes.
Y ve si hay en mí camino malo,
y guíame en el camino eterno. - Confía en el Señor, y haz el bien;
habita en la tierra, y cultiva la fidelidad. - Entonces discernirás justicia y juicio,
equidad y todo buen sendero. - Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
- El impío pide prestado y no paga,
mas el justo es compasivo y da. - Y que amarle con todo el corazón y con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y los sacrificios.
- Este pobre clamó, y el Señor le oyó,
y lo salvó de todas sus angustias. - Y ahora, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados invocando su nombre.
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