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Versículos de la Biblia sobre 'Conoce'

  • Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón;
    pruébame y conoce mis inquietudes.
    Y ve si hay en mí camino malo,
    y guíame en el camino eterno.
  • El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
  • Bueno es el Señor,
    una fortaleza en el día de la angustia,
    y conoce a los que en Él se refugian.
  • Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios.
  • Porque entre los hombres, ¿quién conoce los pensamientos de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios.
  • Él es quien revela lo profundo y lo escondido;
    conoce lo que está en tinieblas,
    y la luz mora con Él.
  • Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él.
  • El enojo del necio se conoce al instante,
    mas el prudente oculta la deshonra.
  • Pero Él sabe el camino que tomo;
    cuando me haya probado, saldré como el oro.
    Mi pie ha seguido firme en su senda,
    su camino he guardado y no me he desviado.
  • Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos.
  • En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros.
  • Reconoce, pues, que el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel, que guarda su pacto y su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos.
  • Dad gracias al Señor, invocad su nombre;
    dad a conocer sus obras entre los pueblos.
  • Si me hubierais conocido, también hubierais conocido a mi Padre; desde ahora le conocéis y le habéis visto.
  • Los labios del justo dan a conocer lo agradable,
    pero la boca de los impíos, lo perverso.
  • Clama a mí, y yo te responderé y te revelaré cosas grandes e inaccesibles, que tú no conoces.
  • En esto conocemos el amor: en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
  • Y conocerle a Él, el poder de su resurrección y la participación en sus padecimientos, llegando a ser como Él en su muerte.
  • Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, Él le ha dado a conocer.
  • Volveos a mi reprensión:
    he aquí, derramaré mi espíritu sobre vosotros,
    os haré conocer mis palabras.
  • En ti pondrán su confianza los que conocen tu nombre,
    porque tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan.
  • Me darás a conocer la senda de la vida;
    en tu presencia hay plenitud de gozo;
    en tu diestra, deleites para siempre.
  • Y mostraré mi grandeza y santidad, y me daré a conocer a los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo soy el Señor.
  • Oh Señor, tú me has escudriñado y conocido.
    Tú conoces mi sentarme y mi levantarme;
    desde lejos comprendes mis pensamientos.
  • Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
  • Y aquel día dirás:
    Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
    haced conocer entre los pueblos sus obras,
    haced recordar que su nombre es enaltecido.
  • A quienes Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria.
  • Como no sabes cuál es el camino del viento,
    o cómo se forman los huesos en el vientre de la mujer encinta,
    tampoco conoces la obra de Dios que hace todas las cosas.
  • Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él.
  • Y si dices en tu corazón: «¿Cómo conoceremos la palabra que el Señor no ha hablado?». Cuando un profeta hable en el nombre del Señor, si la cosa no acontece ni se cumple, esa es palabra que el Señor no ha hablado; con arrogancia la ha hablado el profeta; no tendrás temor de él.
  • A ti, Dios de mis padres, doy yo gracias y alabo,
    porque me has dado sabiduría y poder,
    y ahora me has revelado lo que te habíamos pedido,
    pues el asunto del rey nos has dado a conocer.
  • Pero el que no la sabía, e hizo cosas que merecían castigo, será azotado poco. A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán.
  • En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, del cual habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.
  • ¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la ley? ¡De ningún modo! Al contrario, yo no hubiera llegado a conocer el pecado si no hubiera sido por medio de la ley; porque yo no hubiera sabido lo que es la codicia, si la ley no hubiera dicho: No codiciaras.
  • Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.
  • Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual; que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor, no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios.