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Versículos de la Biblia sobre 'Conoce'

  • El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
  • En efecto, ¿quién conoce los pensamientos del ser humano sino su propio espíritu que está en él? Así mismo, nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios.
  • Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce.
  • ¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él.
  • Él, en cambio, conoce mis caminos;
    si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro.
    En sus sendas he afirmado mis pies;
    he seguido su camino sin desviarme.
  • Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón;
    ponme a prueba y sondea mis pensamientos.
    Fíjate si voy por mal camino,
    y guíame por el camino eterno.
  • Bueno es el Señor;
    es refugio en el día de la angustia,
    y protector de los que en él confían.
  • Él revela lo profundo y lo escondido,
    y sabe lo que se oculta en las sombras.
    ¡En él habita la luz!
  • En cambio, el que no la conoce y hace algo que merezca castigo recibirá pocos golpes. A todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho, se le pedirá aún más.
  • Si ustedes realmente me conocieran, conocerían también a mi Padre. Y ya desde este momento lo conocen y lo han visto.
  • Señor, hazme conocer tus caminos;
    muéstrame tus sendas.
  • No hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse.
  • Reconoce, por tanto, que el Señor tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos.
  • A ti, Dios de mis padres,
    te alabo y te doy gracias.
    Me has dado sabiduría y poder,
    me has dado a conocer lo que te pedimos,
    ¡me has dado a conocer el sueño del rey!
  • El necio muestra en seguida su enojo,
    pero el prudente pasa por alto el insulto.
  • Den gracias al Señor, invoquen su nombre;
    den a conocer sus obras entre las naciones.
  • Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes.
  • En ti confían los que conocen tu nombre,
    porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan.
  • Canten salmos al Señor,
    porque ha hecho maravillas;
    que esto se dé a conocer
    en toda la tierra.
  • El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor;
    conocer al Santo es tener discernimiento.
  • Pero yo soy el Señor tu Dios
    desde que estabas en Egipto.
    No conocerás a otro Dios fuera de mí,
    ni a otro Salvador que no sea yo.
  • Respondan a mis reprensiones,
    y yo les abriré mi corazón;
    les daré a conocer mis pensamientos.
  • Me has dado a conocer la senda de la vida;
    me llenarás de alegría en tu presencia,
    y de dicha eterna a tu derecha.
  • En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos.
  • Señor, tú me examinas,
    tú me conoces.
    Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto;
    aun a la distancia me lees el pensamiento.
  • Daré a conocer la grandeza de mi santo nombre, el cual ha sido profanado entre las naciones, el mismo que ustedes han profanado entre ellas. Cuando dé a conocer mi santidad entre ustedes, las naciones sabrán que yo soy el Señor. Lo afirma el Señor omnipotente.
  • A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer.
  • De esta manera mostraré mi grandeza y mi santidad, y me daré a conocer ante muchas naciones. Entonces sabrán que yo soy el Señor.
  • Yo les he dado a conocer quién eres, y seguiré haciéndolo, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo mismo esté en ellos.
  • En aquel día se dirá:
    «Alaben al Señor, invoquen su nombre;
    den a conocer entre los pueblos sus obras;
    proclamen la grandeza de su nombre.»
  • Todos los que han pecado sin conocer la ley también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley por la ley serán juzgados.
  • Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo: —Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
  • Me di a conocer a los que no preguntaban por mí;
    dejé que me hallaran los que no me buscaban.
    A una nación que no invocaba mi nombre,
    le dije: “¡Aquí estoy!”
  • El Señor les dio a conocer su pacto, los diez mandamientos, los cuales escribió en dos tablas de piedra y les ordenó que los pusieran en práctica.
  • Quiero que lo sepan para que cobren ánimo, permanezcan unidos por amor, y tengan toda la riqueza que proviene de la convicción y del entendimiento. Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo.
  • A estos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.
  • Así que todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad se dará a conocer a plena luz, y lo que han susurrado a puerta cerrada se proclamará desde las azoteas.
  • Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte.
  • La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los paganos, que no conocen a Dios.
  • Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.