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Versículos de la Biblia sobre 'Desde'

  • Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros.
  • En cuanto a vosotros, que permanezca en vosotros lo que oísteis desde el principio. Si lo que oísteis desde el principio permanece en vosotros, vosotros también permaneceréis en el Hijo y en el Padre.
  • Antes que los montes fueran engendrados,
    y nacieran la tierra y el mundo,
    desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios.
  • Si me hubierais conocido, también hubierais conocido a mi Padre; desde ahora le conocéis y le habéis visto.
  • Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
  • Pero desde allí buscarás al Señor tu Dios, y lo hallarás si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.
  • En mi angustia invoqué al Señor,
    y clamé a mi Dios;
    desde su templo oyó mi voz,
    y mi clamor delante de Él llegó a sus oídos.
  • El Señor te protegerá de todo mal;
    El guardará tu alma.
    El Señor guardará tu salida y tu entrada
    desde ahora y para siempre.
  • En medio de mi angustia invoqué al Señor;
    el Señor me respondió y me puso en un lugar espacioso.
  • Mas yo he sido el Señor tu Dios
    desde la tierra de Egipto;
    no reconocerás a otro dios fuera de mí,
    pues no hay más salvador que yo.
  • Pero tú, Belén Efrata,
    aunque eres pequeña entre las familias de Judá,
    de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel.
    Y sus orígenes son desde tiempos antiguos,
    desde los días de la eternidad.
  • ¿Quién lo ha hecho y lo ha realizado,
    llamando a las generaciones desde el principio?
    Yo, el Señor, soy el primero, y con los postreros soy.
  • El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo.
  • Te rogamos, oh Señor: sálvanos ahora;
    te rogamos, oh Señor: prospéranos ahora.
    Bendito el que viene en el nombre del Señor;
    desde la casa del Señor os bendecimos.
  • Oh Señor, tú me has escudriñado y conocido.
    Tú conoces mi sentarme y mi levantarme;
    desde lejos comprendes mis pensamientos.
  • Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
  • Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa.
  • Y se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra.
  • Desde lo más profundo, oh Señor, he clamado a ti.
    ¡Señor, oye mi voz!
    Estén atentos tus oídos
    a la voz de mis súplicas.
  • Él ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en sus corazones; sin embargo, el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin.
  • Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira.
  • Oh Señor, tú eres mi Dios;
    te ensalzaré, daré alabanzas a tu nombre,
    porque has hecho maravillas,
    designios concebidos desde tiempos antiguos con toda fidelidad.
  • Hasta que se derrame sobre nosotros el Espíritu desde lo alto,
    el desierto se convierta en campo fértil
    y el campo fértil sea considerado como bosque.
  • Por lo cual, todo lo que habéis dicho en la oscuridad se oirá a la luz, y lo que habéis susurrado en las habitaciones interiores, será proclamado desde las azoteas.
  • Mas la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen,
    y su justicia para los hijos de los hijos,
    para los que guardan su pacto
    y se acuerdan de sus preceptos para cumplirlos.
  • Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a Él oíd.
  • Y he aquí, se oyó una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido.
  • Quien nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad.
  • Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y hembra. Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos serán una sola carne; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe.
  • Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y Él habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado.
  • Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio los hizo varón y hembra, y añadió: «Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne»? Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe.
  • Y aconteció que cuando todo el pueblo era bautizado, Jesús también fue bautizado: y mientras Él oraba, el cielo se abrió, y el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma corporal, como una paloma, y vino una voz del cielo, que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.
  • Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas un día de reposo, y había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. Pero el oficial de la sinagoga, indignado porque Jesús había sanado en día de reposo, reaccionó diciendo a la multitud: Hay seis días en los cuales se debe trabajar; venid, pues, en esos días y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió, y dijo: Hipócritas, ¿no desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre en día de reposo y lo lleva a beber? Y esta, que es hija de Abraham, a la que Satanás ha tenido atada durante dieciocho largos años, ¿no debía ser libertada de esta ligadura en día de reposo? Y al decir Él esto, todos sus adversarios se avergonzaban, pero toda la multitud se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por Él.