El Señor abre los ojos a los ciegos, el Señor levanta a los caídos, el Señor ama a los justos. | El Señor da vista a los ciegos, el Señor sostiene a los agobiados, el Señor ama a los justos. |
Porque el Señor es nuestro juez, el Señor es nuestro legislador, el Señor es nuestro rey; Él nos salvará. | Porque el Señor es nuestro guía; el Señor es nuestro gobernante. El Señor es nuestro rey: ¡Él nos salvará! |
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El Señor dará fuerza a su pueblo; el Señor bendecirá a su pueblo con paz. | El Señor fortalece a su pueblo; el Señor bendice a su pueblo con la paz. |
Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor. | Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor! |
Te rogamos, oh Señor: sálvanos ahora; te rogamos, oh Señor: prospéranos ahora. Bendito el que viene en el nombre del Señor; desde la casa del Señor os bendecimos. | Señor, ¡danos la salvación! Señor, ¡concédenos la victoria! Bendito el que viene en el nombre del Señor. Desde la casa del Señor los bendecimos. |
Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. | Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. |
Y el Señor será rey sobre toda la tierra; aquel día el Señor será uno, y uno su nombre. | El Señor reinará sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será el único Dios, y su nombre será el único nombre. |
El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; el Señor alce sobre ti su rostro, y te dé paz. | El Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz. |
“Volveos a mí” —declara el Señor de los ejércitos— “y yo me volveré a vosotros” —dice el Señor de los ejércitos. | Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes —afirma el Señor Todopoderoso—. |
La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo. | La ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del Señor es digno de confianza: da sabiduría al sencillo. |
Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del Señor es puro, que alumbra los ojos. | Los preceptos del Señor son rectos: traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es claro: da luz a los ojos. |
El Señor empobrece y enriquece; humilla y también exalta. | El Señor da la riqueza y la pobreza; humilla, pero también enaltece. |
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor? | El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme? |
Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré: que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor, y para meditar en su templo. | Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y recrearme en su templo. |
Señor, muéstrame tus caminos, y enséñame tus sendas. | Señor, hazme conocer tus caminos; muéstrame tus sendas. |
El Señor cumplirá su propósito en mí; eterna, oh Señor, es tu misericordia; no abandones las obras de tus manos. | El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos! |
¿Podrá alguno esconderse en escondites de modo que yo no lo vea? —declara el Señor. ¿No lleno yo los cielos y la tierra? —declara el Señor. | ¿Podrá el hombre hallar un escondite donde yo no pueda encontrarlo? —afirma el Señor—. ¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra? —afirma el Señor—. |
Buscad al Señor y su fortaleza; buscad su rostro continuamente. | Recurran al Señor y a su fuerza; busquen siempre su rostro. |
Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre. | Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre. |
El Señor te protegerá de todo mal; El guardará tu alma. El Señor guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre. | El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida. El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre. |
No tomarás en vano el nombre del Señor tu Dios, porque el Señor no tendrá por inocente a quien tome su nombre en vano. | No uses el nombre del Señor tu Dios en falso. Yo, el Señor, no tendré por inocente a quien se atreva a usar mi nombre en falso. |
Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. | Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes. |
Así, pues, guardaréis mis mandamientos y los cumpliréis; yo soy el Señor. | Obedezcan mis mandamientos y pónganlos por obra. Yo soy el Señor. |
Porque así dice el Señor a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis. | Así dice el Señor al reino de Israel: «Búsquenme y vivirán.» |
El Señor peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados. | Ustedes quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes. |