DailyVerses.netTemasVersículo al AzarRegistrar

Versículos de la Biblia sobre 'Peca'

  • Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca contra ti siete veces al día, y vuelve a ti siete veces, diciendo: «Me arrepiento», perdónalo.
  • Y si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano.
  • Huid de la fornicación. Todos los demás pecados que un hombre comete están fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo.
  • Si alguno peca y hace cualquiera de las cosas que el Señor ha mandado que no se hagan, aunque no se dé cuenta, será culpable y llevará su castigo.
  • No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
  • Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado.
  • El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo.
  • ¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ningún modo!
  • Si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.
  • El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley.
  • En mi corazón he atesorado tu palabra,
    para no pecar contra ti.
  • Mas id, y aprended lo que significa: «Misericordia quiero y no sacrificio»; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
  • Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores; y vosotros de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
  • De la misma manera, os digo, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
  • Bueno y recto es el Señor;
    por tanto, Él muestra a los pecadores el camino.
    Dirige a los humildes en la justicia,
    y enseña a los humildes su camino.
  • Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.
  • ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos,
    ni se detiene en el camino de los pecadores,
    ni se sienta en la silla de los escarnecedores.
  • Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él.
  • Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos.
  • Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, pues el pecado es infracción de la ley.
  • Entonces se le acercó Pedro, y le dijo: Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí que yo haya de perdonarlo? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
  • Os digo que de la misma manera, habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento.
  • Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús.
  • Te manifesté mi pecado,
    y no encubrí mi iniquidad.
    Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor;
    y tú perdonaste la culpa de mi pecado. (Selah)
  • Pues todos los que han pecado sin la ley, sin la ley también perecerán; y todos los que han pecado bajo la ley, por la ley serán juzgados.
  • Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
  • No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos cómo os habló cuando estaba aún en Galilea, diciendo que el Hijo del Hombre debía ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, y al tercer día resucitar.
  • A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado.
  • Y Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.
  • Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: «Dios, ten piedad de mí, pecador».
  • ¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde? ¡De ningún modo! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
  • Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
  • Pues tendré misericordia de sus iniquidades,
    y nunca más me acordaré de sus pecados.
  • Sed sobrios, como conviene, y dejad de pecar; porque algunos no tienen conocimiento de Dios. Para vergüenza vuestra lo digo.
  • Y ahora, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados invocando su nombre.
  • Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió
    con mi gemir durante todo el día.
  • Y dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.
  • Así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan.
  • La justicia engrandece a la nación,
    pero el pecado es afrenta para los pueblos.
  • ¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada,
    cuyo pecado es cubierto!
  • Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados.
  • En Él tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia.
  • Él que encubre sus pecados no prosperará,
    mas el que los confiesa y los abandona hallará misericordia.
  • Él mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
  • Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
  • Porque el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia.
  • De este dan testimonio todos los profetas, de que por su nombre, todo el que cree en Él recibe el perdón de los pecados.
  • Ayúdanos oh Dios de nuestra salvación,
    por la gloria de tu nombre;
    líbranos y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.
  • He disipado como una densa nube tus transgresiones,
    y como espesa niebla tus pecados.
    Vuélvete a mí, porque yo te he redimido.
  • Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.