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Versículos de la Biblia sobre 'Sean'

  • Misericordia, paz y amor os sean multiplicados.
  • Todas vuestras cosas sean hechas con amor.
  • Examina la senda que siguen tus pies
    y sean rectos todos tus caminos.
  • ¡Sean gratos los dichos de mi boca
    y la meditación de mi corazón delante de ti,
    Jehová, roca mía y redentor mío!
  • La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.
  • Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta:
    aunque vuestros pecados sean como la grana,
    como la nieve serán emblanquecidos;
    aunque sean rojos como el carmesí,
    vendrán a ser como blanca lana.
  • Pero gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
  • Así que, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de consuelo.
  • Entonces respondió Pedro: —¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros?
  • Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora, pues él dijo: «No te desampararé ni te dejaré.»
  • A los ricos de este mundo manda que no sean altivos ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
  • Lucho para que sean consolados sus corazones y para que, unidos en amor, alcancen todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre y de Cristo.
  • Exhorta a los esclavos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones. Que no roben, sino que se muestren fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios, nuestro Salvador.
  • Yo soy Jehová, vuestro Dios: andad en mis estatutos, guardad mis preceptos y ponedlos por obra. Santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová, vuestro Dios.
  • Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
  • Aunque la higuera no florezca
    ni en las vides haya frutos,
    aunque falte el producto del olivo
    y los labrados no den mantenimiento,
    aunque las ovejas sean quitadas de la majada
    y no haya vacas en los corrales,
    con todo, yo me alegraré en Jehová,
    me gozaré en el Dios de mi salvación.
  • Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, tanto judíos como griegos, tanto esclavos como libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
  • Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
  • Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová, tu Dios, te da.
  • Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
  • Que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.
  • Habéis, pues, de serme santos, porque yo, Jehová, soy santo, y os he apartado de entre los pueblos para que seáis míos.
  • Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
  • Sino, así como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está: «Sed santos, porque yo soy santo.»
  • Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.
  • Velad, estad firmes en la fe, portaos varonilmente y esforzaos.
  • Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo. Y sed agradecidos.
  • Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas.
  • Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
  • En fin, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables.
  • Y daré bendición a ellos y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo: lluvias de bendición serán.
  • Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.
  • Unánimes entre vosotros; no seáis altivos, sino asociaos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
  • Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
  • Sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo ni por la tierra ni por ningún otro juramento; sino que vuestro «sí» sea sí, y vuestro «no» sea no, para que no caigáis en condenación.
  • ¡Esforzaos y cobrad ánimo! No temáis ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová, tu Dios, es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
  • No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
  • Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.
  • Los bendijo Dios y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y todas las bestias que se mueven sobre la tierra.»
  • No seáis como vuestros padres, a quienes los primeros profetas clamaron diciendo: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de vuestras malas obras”; pero ellos no atendieron ni me escucharon, dice Jehová.
  • Haced todo sin murmuraciones ni discusiones, para que seáis irreprochables y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como lumbreras en el mundo, asidos de la palabra de vida.
  • A todo lo creado que está en el cielo, sobre la tierra, debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, oí decir: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.»
  • La voluntad de Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor, no en pasión desordenada, como los gentiles que no conocen a Dios.
  • No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla.