- Si escuchas atentamente la voz de Jehová, tu Dios, y haces lo recto delante de sus ojos, das oído a sus mandamientos y guardas todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié sobre los egipcios traeré sobre ti, porque yo soy Jehová, tu sanador.
- Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
- Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
- Bienaventurado el hombre que teme a Jehová
y en sus mandamientos se deleita en gran manera. - Ahora yo, Nabucodonosor, alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.
- Por tanto, si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial.
- Nunca me separé del mandamiento de sus labios,
sino que guardé las palabras de su boca más que mi comida. - En las muchas palabras no falta pecado;
el que refrena sus labios es prudente. - Los que amáis a Jehová, aborreced el mal;
él guarda las almas de sus santos;
de manos de los impíos los libra. - Guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová, tu Dios, te da para siempre.
- Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
- El que guarda su boca guarda su vida,
pero el que mucho abre sus labios acaba en desastre. - En mi angustia invoqué a Jehová
y clamé a mi Dios.
Él oyó mi voz desde su Templo
y mi clamor llegó hasta sus oídos. - Él es la Roca, cuya obra es perfecta,
porque todos sus caminos son rectos.
Es un Dios de verdad y no hay maldad en él;
es justo y recto. - Pero si no perdonáis sus ofensas a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
- El que camina en integridad anda confiado,
pero el que pervierte sus caminos sufrirá quebranto. - Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
- Para esto fuisteis llamados, porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas.
- Guardad cuidadosamente los mandamientos de Jehová, vuestro Dios, sus testimonios y los estatutos que te ha mandado.
- Cuando Job hubo orado por sus amigos, Jehová le quitó la aflicción; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.
- El fin de todo el discurso que has oído es: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre.
- ¿Acaso quiero yo la muerte del impío? dice Jehová, el Señor. ¿No vivirá, si se aparta de sus malos caminos?
- Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y lo recibió una nube que lo ocultó de sus ojos.
- En sus pastos se saciaron
y, una vez repletos,
se ensoberbeció su corazón;
por esta causa se olvidaron de mí. - Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
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