Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocijaos! | Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! |
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da. | Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios. |
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En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. | En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. |
En Dios descansan mi salvación y mi gloria; la roca de mi fortaleza, mi refugio, está en Dios. | Dios es mi salvación y mi gloria; es la roca que me fortalece; ¡mi refugio está en Dios! |
Como no sabes cuál es el camino del viento, o cómo se forman los huesos en el vientre de la mujer encinta, tampoco conoces la obra de Dios que hace todas las cosas. | Así como no sabes por dónde va el viento ni cómo se forma el niño en el vientre de la madre, tampoco entiendes la obra de Dios, creador de todas las cosas. |
Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios— el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. | Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios—, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. |
Reconoce, pues, que el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel, que guarda su pacto y su misericordia hasta mil generaciones con aquellos que le aman y guardan sus mandamientos. | Reconoce, por tanto, que el Señor tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos. |
Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza. | Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. |
Nuestro socorro está en el nombre del Señor, que hizo los cielos y la tierra. | Nuestra ayuda está en el nombre del Señor, creador del cielo y de la tierra. |
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. | Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe. |
Por tanto, reconoce hoy y reflexiona en tu corazón, que el Señor es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra; no hay otro. | Reconoce y considera seriamente hoy que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro. |
Buscad al Señor y su fortaleza; buscad su rostro continuamente. | Recurran al Señor y a su fuerza; busquen siempre su rostro. |
El Señor cumplirá su propósito en mí; eterna, oh Señor, es tu misericordia; no abandones las obras de tus manos. | El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos! |
Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré: que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor, y para meditar en su templo. | Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y recrearme en su templo. |
Porque: Todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo. | Porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo». |
También esto procede del Señor de los ejércitos, que ha hecho maravilloso su consejo y grande su sabiduría. | También esto viene del Señor Todopoderoso, admirable por su consejo y magnífico por su sabiduría. |
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. | El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. |
Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre. | Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. |
Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. | Si el Señor no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. Si el Señor no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes. |
Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a Él oíd. | Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchenlo!» |
¿Quién lo ha hecho y lo ha realizado, llamando a las generaciones desde el principio? Yo, el Señor, soy el primero, y con los postreros soy. | ¿Quién realizó esto? ¿Quién lo hizo posible? ¿Quién llamó a las generaciones desde el principio? Yo, el Señor, soy el primero, y seré el mismo hasta el fin. |
El nombre del Señor es torre fuerte, a ella corre el justo y está a salvo. | Torre inexpugnable es el nombre del Señor; a ella corren los justos y se ponen a salvo. |
Y el Señor será rey sobre toda la tierra; aquel día el Señor será uno, y uno su nombre. | El Señor reinará sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será el único Dios, y su nombre será el único nombre. |
En esto sabemos que permanecemos en Él y Él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. | ¿Cómo sabemos que permanecemos en él, y que él permanece en nosotros? Porque nos ha dado de su Espíritu. |
Dios nos bendice, para que le teman todos los términos de la tierra. | Dios nos bendecirá, y le temerán todos los confines de la tierra. |