Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos. | Bienaventurado todo aquel que teme al Señor, que anda en sus caminos. |
Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. | ¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto! |
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Dichoso el que halla sabiduría, el que adquiere inteligencia. | Bienaventurado el hombre que halla sabiduría y el hombre que adquiere entendimiento. |
¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Dichoso el que teme al Señor, el que halla gran deleite en sus mandamientos. | ¡Aleluya! Cuán bienaventurado es el hombre que teme al Señor, que mucho se deleita en sus mandamientos. |
El que atiende a la palabra prospera. ¡Dichoso el que confía en el Señor! | El que pone atención a la palabra hallará el bien, y el que confía en el Señor es bienaventurado. |
¡Cuán dichoso es el hombre a quien Dios corrige! No menosprecies la disciplina del Todopoderoso. | He aquí, cuán bienaventurado es el hombre a quien Dios reprende; no desprecies, pues, la disciplina del Todopoderoso. |
Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian. | Probad y ved que el Señor es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en Él se refugia! |
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos. | ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores. |
Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. | Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman. |
Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad, y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído, sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla. | Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, este será bienaventurado en lo que hace. |
Dichosos y santos los que tienen parte en la primera resurrección. La segunda muerte no tiene poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. | Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre estos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él por mil años. |
Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios. | Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios. |
Dichosos los que lloran, porque serán consolados. | Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados. |
Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. | Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios. |
Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del Señor. | ¡Cuán bienaventurados son los de camino perfecto, los que andan en la ley del Señor! |
Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece. | Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. |
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. | Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados. |
Dichosos los que guardan sus estatutos y de todo corazón lo buscan. | ¡Cuán bienaventurados son los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan! |
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece. | Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. |
Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. | Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. |
Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen. | Pero Él dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan. |
Porque me has visto, has creído —le dijo Jesús—; dichosos los que no han visto y sin embargo creen. | Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron. |
Dichosos ustedes cuando los odien, cuando los discriminen, los insulten y los desprestigien por causa del Hijo del hombre. | Bienaventurados sois cuando los hombres os aborrecen, cuando os apartan de sí, os colman de insultos y desechan vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. |
Por eso el Señor los espera, para tenerles piedad; por eso se levanta para mostrarles compasión. Porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que en él esperan! | Por tanto, el Señor espera para tener piedad de vosotros, y por eso se levantará para tener compasión de vosotros. Porque el Señor es un Dios de justicia; ¡cuán bienaventurados son todos los que en Él esperan! |
¡Dichosos si sufren por causa de la justicia! «No teman lo que ellos temen, ni se dejen asustar». | Pero aun si sufrís por causa de la justicia, dichosos sois. Y no os amedrentéis por temor a ellos ni os turbéis. |