Versículos de la Biblia sobre 'Cuando'
- Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo,
y si por los ríos, no te anegarán;
cuando pases por el fuego, no te quemarás,
ni la llama te abrasará. - Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio,
cuando cierra los labios, por prudente. - Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
- Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
- Darán voces de júbilo mis labios, cuando te cante alabanzas,
y mi alma, que tú has redimido. - Bienaventurados sois cuando los hombres os aborrecen, cuando os apartan de sí, os colman de insultos y desechan vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre.
- Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente;
¿cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? - Así será que cuando llegue a ser culpable de cualquiera de estas cosas, confesará aquello en que ha pecado.
- Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
- Cuando comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, tal como lo hizo sobre nosotros al principio.
- Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra;
pero con los humildes está la sabiduría. - Entonces Jesús, cuando hubo tomado el vinagre, dijo: ¡Consumado es! E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
- Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en lenguas y profetizaban.
- Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque Él no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo.
- Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí.
- Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón.
- Si digo: Mi pie ha resbalado,
tu misericordia, oh Señor, me sostendrá. - Y ahora, hijos, permaneced en Él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza y no nos apartemos de Él avergonzados en su venida.
- Cuando venga el Consolador, a quien yo enviaré del Padre, es decir, el Espíritu de verdad que procede del Padre, Él dará testimonio de mí.
- Con rectitud de corazón te daré gracias,
al aprender tus justos juicios. - No niegues el bien a quien se le debe,
cuando esté en tu mano el hacerlo. - Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero;
pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante! - Cuando mis inquietudes se multiplican dentro de mí,
tus consuelos deleitan mi alma. - Y el Señor restauró el bienestar de Job cuando este oró por sus amigos; y el Señor aumentó al doble todo lo que Job había poseído.
- Y cuando estéis orando, perdonad si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone vuestras transgresiones.
- Que nadie diga cuando es tentado: Soy tentado por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal y Él mismo no tienta a nadie.
- Enseña al niño el camino en que debe andar,
y aun cuando sea viejo no se apartará de él. - Cuando aumentan los bienes,
aumentan también los que los consumen.
Así, pues, ¿cuál es la ventaja para sus dueños, sino verlos con sus ojos? - Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
- Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
- Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
- Y cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas; porque ellos desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que están ayunando. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
- Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos.
- Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió: No temas; cree solamente, y ella será sanada.
- Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no hacer ver a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
- Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados.
- Cuando un hombre es recién casado, no saldrá con el ejército, ni se le impondrá ningún deber; quedará libre en su casa por un año para hacer feliz a la mujer que ha tomado.
- Por eso, cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
- Y cuando os lleven y os entreguen, no os preocupéis de antemano por lo que vais a decir, sino que lo que os sea dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
- No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos cómo os habló cuando estaba aún en Galilea, diciendo que el Hijo del Hombre debía ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, y al tercer día resucitar.
- Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento.
- “Vindicaré la santidad de mi gran nombre profanado entre las naciones, el cual vosotros habéis profanado en medio de ellas. Entonces las naciones sabrán que yo soy el Señor” —declara el Señor Dios— “cuando demuestre mi santidad entre vosotros a la vista de ellas.”
- Y os servirá el fleco, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos del Señor, a fin de que los cumpláis y no sigáis vuestro corazón ni vuestros ojos, tras los cuales os habéis prostituido.
- Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
- Cuando comían sus pastos, se saciaron,
y al estar saciados, se ensoberbeció su corazón;
por tanto, se olvidaron de mí. - Sois de vuestro padre el diablo y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un homicida desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira.
- Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él porque le veremos como Él es. Y todo el que tiene esta esperanza puesta en Él, se purifica, así como Él es puro.
- Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida.
- La conclusión, cuando todo se ha oído, es esta:
teme a Dios y guarda sus mandamientos,
porque esto concierne a toda persona. - Por tanto, ceñid vuestro entendimiento para la acción; sed sobrios en espíritu, poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os traerá en la revelación de Jesucristo.
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