Versículos de la Biblia sobre 'Hace'
- A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado.
- Aquel, pues, que os suministra el Espíritu y hace milagros entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley o por el oír con fe?
- El Señor Dios es mi fortaleza;
Él ha hecho mis pies como los de las ciervas,
y por las alturas me hace caminar. - Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
- El amor no hace mal al prójimo; por tanto, el amor es el cumplimiento de la ley.
- Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación el que le teme y hace lo justo, le es acepto.
- La suave respuesta aparta el furor,
mas la palabra hiriente hace subir la ira. - Mucha paz tienen los que aman tu ley,
y nada los hace tropezar. - Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.
- Nuestro Dios está en los cielos;
Él hace lo que le place. - El que anda en integridad y obra justicia,
que habla verdad en su corazón.
El que no calumnia con su lengua,
no hace mal a su prójimo,
ni toma reproche contra su amigo. - La ley del Señor es perfecta, que restaura el alma;
el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo. - Ciertamente el Señor Dios no hace nada
sin revelar su secreto
a sus siervos los profetas. - No todo el que me dice: «Señor, Señor», entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
- Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
- Porque toda casa es hecha por alguno, pero el que hace todas las cosas es Dios.
- El Señor es mi pastor,
nada me faltará.
En lugares de verdes pastos me hace descansar;
junto a aguas de reposo me conduce. - Como no sabes cuál es el camino del viento,
o cómo se forman los huesos en el vientre de la mujer encinta,
tampoco conoces la obra de Dios que hace todas las cosas. - Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, este será bienaventurado en lo que hace.
- Si alguno peca y hace cualquiera de las cosas que el Señor ha mandado que no se hagan, aunque no se dé cuenta, será culpable y llevará su castigo.
- La exposición de tus palabras imparte luz;
da entendimiento a los sencillos. - Cuando pones tus ojos en ella, ya no está.
Porque la riqueza ciertamente se hace alas,
como águila que vuela hacia los cielos. - El enojo del necio se conoce al instante,
mas el prudente oculta la deshonra. - El rico domina a los pobres,
y el deudor es esclavo del acreedor. - Y he visto que todo trabajo y toda obra hábil que se hace, es el resultado de la rivalidad entre el hombre y su prójimo. También esto es vanidad y correr tras el viento.
- Dios prepara un hogar para los solitarios;
conduce a los cautivos a prosperidad;
solo los rebeldes habitan en una tierra seca. - Confía callado en el Señor y espérale con paciencia;
no te irrites a causa del que prospera en su camino,
por el hombre que lleva a cabo sus intrigas. - Uno juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido según su propio sentir.
- Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, este es el que oye la palabra, mas las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto.
- Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne.
- El impío gana salario engañoso,
pero el que siembra justicia recibe verdadera recompensa. - El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido.
- Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo.
- El necio no se deleita en la prudencia,
sino solo en revelar su corazón. - Ahora bien, un mediador no es de una parte solamente, ya que Dios es uno solo.
- Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado.
- Y según la ley, casi todo es purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.
- Y si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano.
- Porque si hay buena voluntad, se acepta según lo que se tiene, no según lo que no se tiene.
- Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca.
- Dios no es hombre, para que mienta,
ni hijo de hombre, para que se arrepienta.
¿Lo ha dicho Él, y no lo hará?,
¿ha hablado, y no lo cumplirá? - Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe.
- Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
- El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.
- El que come no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado.
- Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y el recaudador de impuestos.
- Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
- Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa.
- Pero el que no la sabía, e hizo cosas que merecían castigo, será azotado poco. A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán.
- Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no hacer ver a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
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