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Versículos de la Biblia sobre 'Hizo'

  • Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,
    que hizo el cielo y la tierra.
  • Dios el Señor hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió.
  • Este es el día que hizo el Señor;
    regocijémonos y alegrémonos en él.
  • Por su propia voluntad nos hizo nacer mediante la palabra de verdad, para que fuéramos como los primeros frutos de su creación.
  • A las montañas levanto mis ojos;
    ¿de dónde ha de venir mi ayuda?
    Mi ayuda proviene del Señor,
    que hizo el cielo y la tierra.
  • ¿Quién realizó esto? ¿Quién lo hizo posible?
    ¿Quién llamó a las generaciones desde el principio?
    Yo, el Señor, estoy con los primeros
    y estaré con los últimos.
  • Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y contemplamos su gloria, la gloria que corresponde al Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
  • Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.
  • Dios hizo todo hermoso en su tiempo, luego puso en la mente humana la noción de eternidad, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin.
  • Después de haber orado Job por sus amigos, el Señor lo hizo prosperar de nuevo y le dio dos veces más de lo que antes tenía.
  • Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.
  • Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud.
  • Porque toda casa tiene su constructor, pero el constructor de todo es Dios.
  • Porque con un solo sacrificio ha perfeccionado para siempre a los que han sido santificados.
  • Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no solo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor.
  • Al ver Dios lo que hicieron, es decir, que habían abandonado su mal camino, cambió de parecer y no llevó a cabo la destrucción que había anunciado.
  • Tan lejos de nosotros echó nuestras transgresiones
    como lejos del oriente está el occidente.
  • De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el Señor hizo una mujer y se la presentó al hombre, el cual exclamó:
    «Esta sí es hueso de mis huesos
    y carne de mi carne.
    Se llamará “mujer”
    porque del hombre fue sacada».
    Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y los dos llegarán a ser uno solo.
  • ¿No han leído —respondió Jesús— que en el principio el Creador “los creó hombre y mujer” y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos llegarán a ser uno solo”? Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
  • Un sábado, al pasar Jesús por los sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar a su paso unas espigas de trigo. —Mira —le preguntaron los fariseos—, ¿por qué hacen ellos lo que está prohibido hacer en día sábado? Él contestó: —¿Nunca han leído lo que hizo David en aquella ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre y pasaron necesidad? Entró en la casa de Dios cuando Abiatar era el sumo sacerdote y comió los panes consagrados a Dios, que solo a los sacerdotes les es permitido comer. Y dio también a sus compañeros. El sábado se hizo para el ser humano y no el ser humano para el sábado —añadió—. Así que el Hijo del hombre es Señor incluso del sábado.
  • En cambio, el que no la conoce y hace algo que merezca castigo recibirá pocos golpes. A todo el que se le ha dado mucho se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho se le pedirá aún más.
  • Quien, siendo por naturaleza Dios,
    no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse.
    Por el contrario, se rebajó voluntariamente,
    tomando la naturaleza de siervo
    y haciéndose semejante a los seres humanos.
    Y al manifestarse como hombre,
    se humilló a sí mismo
    y se hizo obediente hasta la muerte,
    ¡y muerte de cruz!
  • Acuérdate del día sábado para santificarlo. Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el séptimo día. Por eso el Señor bendijo y consagró el día de reposo.
  • Cuando te vengan buenos tiempos, disfrútalos;
    pero cuando te lleguen los malos,
    piensa que unos y otros son obra de Dios,
    y que nadie sabe con qué habrá de encontrarse después.
  • Pero al principio de la creación Dios “los creó hombre y mujer”. “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos llegarán a ser uno solo”. Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.
  • ¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para que tengamos una esperanza viva.
  • Cuando comencé a hablarles, el Espíritu Santo descendió sobre ellos tal como al principio descendió sobre nosotros.
  • Pero si el malvado se arrepiente de todos los pecados que ha cometido, obedece todos mis estatutos y practica el derecho y la justicia, no morirá.