Versículos de la Biblia sobre 'Ley'
- Todos los que sin la Ley han pecado, sin la Ley también perecerán; y todos los que bajo la Ley han pecado, por la Ley serán juzgados.
- Todo aquel que comete pecado, infringe también la Ley, pues el pecado es infracción de la Ley.
- ¿Qué, pues, diremos? ¿La Ley es pecado? ¡De ninguna manera! Pero yo no conocí el pecado sino por la Ley; y tampoco conocería la codicia, si la Ley no dijera: «No codiciarás».
- Porque por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de él, ya que por medio de la Ley es el conocimiento del pecado.
- Mucha paz tienen los que aman tu Ley,
y no hay para ellos tropiezo. - Pues el fin de la Ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
- Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
- Bienaventurados los íntegros de camino,
los que andan en la Ley de Jehová. - El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
y tu Ley está en medio de mi corazón. - El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la Ley es el amor.
- Porque el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la Ley.
- Incluso la oración le es abominable
al que aparta su oído para no escuchar la Ley. - Porque toda la Ley en esta sola palabra se cumple: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
- ¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!
- El pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la Ley, sino bajo la gracia.
- De Cristo os desligasteis, los que por la Ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
- No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir.
- Y según la Ley, casi todo es purificado con sangre; y sin derramamiento de sangre no hay remisión.
- No desecho la gracia de Dios, pues si por la Ley viniera la justicia, entonces en vano murió Cristo.
- No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros, pues el que ama al prójimo ha cumplido la Ley.
- Pero ahora, aparte de la Ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la Ley y por los Profetas: la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él, porque no hay diferencia.
- La ley de Jehová es perfecta:
convierte el alma;
el testimonio de Jehová es fiel:
hace sabio al sencillo. - Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu, porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
- Nosotros —judíos de nacimiento y no pecadores de entre los gentiles—, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley, por cuanto por las obras de la Ley nadie será justificado.
- Aquel, pues, que os da el Espíritu y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la Ley o por el oír con fe?
- Uno solo es el dador de la Ley, que puede salvar y condenar; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?
- Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
- Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos, pues esto es la Ley y los Profetas.
- Porque de cierto os digo que antes que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido.
- Pero el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
- Entonces Jehová dijo a Moisés: —Sube a mí al monte y espera allá, y te daré tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para enseñarles.
- Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito en él, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.
- Hijo mío, no te olvides de mi Ley,
y que tu corazón guarde mis mandamientos,
porque muchos días y años de vida
y de paz te aumentarán. - Sabed, pues, esto, hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que no pudisteis ser justificados por la Ley de Moisés, en él es justificado todo aquel que cree.
- Guarda los preceptos de Jehová, tu Dios, andando en sus caminos y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas.
- Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, ayunad por mí y no comáis ni bebáis durante tres días y tres noches. También yo y mis doncellas ayunaremos, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.
- Solamente que con diligencia cuidéis de cumplir el mandamiento y la ley que Moisés, siervo de Jehová, os ordenó: que améis a Jehová, vuestro Dios, y andéis en todos sus caminos; que guardéis sus mandamientos, lo sigáis y lo sirváis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
- Conociendo esto: que la Ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bienaventurado, que a mí me ha sido encomendado.
- Ahora subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; pero al tercer día resucitará.
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Digo: «¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria,y el hijo del hombre para que lo visites?»