DailyVerses.netTemasVersículo al AzarRegistrar

Versículos de la Biblia sobre 'Mía'

  • ¡Qué hermosa eres, amada mía!
    No hay defecto en ti.
  • Bendice, alma mía, a Jehová,
    y bendiga todo mi ser su santo nombre.
  • Te amo, Jehová, fortaleza mía.
    Jehová, roca mía y castillo mío, mi libertador;
    Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
    mi escudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
  • Jesús les respondió y dijo: —Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.
  • ¿Por qué te abates, alma mía,
    y por qué te turbas dentro de mí?
    Espera en Dios,
    porque aún he de alabarlo,
    ¡salvación mía y Dios mío!
  • Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
    así clama por ti, Dios, el alma mía.
  • ¡Sean gratos los dichos de mi boca
    y la meditación de mi corazón delante de ti,
    Jehová, roca mía y redentor mío!
  • Alma mía, dijiste a Jehová:
    «Tú eres mi Señor;
    no hay para mí bien fuera de ti.»
  • No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: «Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.»
  • Ahora, pues, si dais oído a mi voz y guardáis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra.
  • El que habita al abrigo del Altísimo
    morará bajo la sombra del Omnipotente.
    Diré yo a Jehová: «Esperanza mía y castillo mío;
    mi Dios, en quien confiaré.»
  • En Dios solamente reposa mi alma,
    porque de él viene mi esperanza.
  • Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.
  • Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis fortalecidos; esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a mí.
  • Entonces me invocaréis. Vendréis y oraréis a mí, y yo os escucharé.
  • Porque satisfaré al alma cansada y saciaré a toda alma entristecida.
  • Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.
  • Sáname, Jehová, y quedaré sano;
    sálvame, y seré salvo,
    porque tú eres mi alabanza.
  • Yo soy Jehová, Dios de todo ser viviente, ¿acaso hay algo que sea difícil para mí?
  • Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
  • ¿Se ocultará alguno,
    dice Jehová,
    en escondrijos donde yo no lo vea?
    ¿No lleno yo,
    dice Jehová,
    el cielo y la tierra?
  • Mas por tus muchas misericordias
    no los consumiste ni los desamparaste;
    porque eres Dios clemente y misericordioso.
  • ¡Ah, Señor Jehová!, tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder y con tu brazo extendido. Nada hay que sea difícil para ti.
  • Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis.
  • A cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las pone en práctica, lo compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca.
  • Vuélvete, rebelde Israel,
    dice Jehová;
    no haré caer mi ira sobre ti,
    porque misericordioso soy yo,
    dice Jehová;
    no guardaré para siempre el enojo.
  • Pero esto les mandé, diciendo: Escuchad mi voz, y yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo; y andad en todo camino que os mande, para que os vaya bien.
  • Mientras comían, tomó Jesús el pan, lo bendijo, lo partió y dio a sus discípulos, diciendo: —Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
  • Así dijo Jehová:
    «Paraos en los caminos, mirad
    y preguntad por las sendas antiguas,
    cuál sea el buen camino.
    Andad por él y hallaréis descanso para vuestra alma.»
    Mas dijeron: «¡No andaremos!»
  • Engañoso es el corazón
    más que todas las cosas, y perverso;
    ¿quién lo conocerá?
    ¡Yo, Jehová, que escudriño la mente,
    que pruebo el corazón,
    para dar a cada uno según su camino,
    según el fruto de sus obras!
  • Luego les dijo: «Id, comed alimentos grasos, bebed vino dulce y enviad porciones a los que no tienen nada preparado; porque éste es día consagrado a nuestro Señor. No os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.»
  • ¡Bendito el hombre que confía en Jehová,
    cuya confianza está puesta en Jehová!,
    porque será como el árbol plantado junto a las aguas,
    que junto a la corriente echará sus raíces.
    No temerá cuando llegue el calor,
    sino que su hoja estará verde.
    En el año de sequía
    no se inquietará
    ni dejará de dar fruto.
  • Perseveraban unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
  • Pero si de veras mejoráis vuestros caminos y vuestras obras; si en verdad practicáis la justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimís al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramáis la sangre inocente, ni vais en pos de dioses extraños para mal vuestro, yo os haré habitar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.
  • Porque las costumbres de los pueblos son vanidad:
    cortan un leño del bosque,
    luego lo labra el artífice con su cincel,
    con plata y oro lo adornan
    y con clavos y martillo lo afirman
    para que no se mueva.
    Derechos están como una palmera, pero no hablan;
    son llevados, porque no pueden andar.
    No tengáis temor de ellos,
    porque ni pueden hacer mal
    ni tienen poder para hacer bien.