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Versículos de la Biblia sobre 'Mal'

  • No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal.
  • Apártate del mal y haz el bien,
    busca la paz y síguela.
  • Guarda tu lengua del mal,
    y tus labios de hablar engaño.
  • Mirad que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino procurad siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos.
  • No devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición.
  • El temor del Señor es aborrecer el mal.
    El orgullo, la arrogancia, el mal camino
    y la boca perversa, yo aborrezco.
  • Y vio Dios sus acciones, que se habían apartado de su mal camino; entonces se arrepintió Dios del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.
  • Pues
    El que quiere amar la vida y ver días buenos,
    refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño.
    Apártese del mal y haga el bien;
    busque la paz y sígala.
  • No te desvíes a la derecha ni a la izquierda;
    aparta tu pie del mal.
  • El rostro del Señor está contra los que hacen mal,
    para cortar de la tierra su memoria.
  • Antes bien, examinadlo todo cuidadosamente, retened lo bueno; absteneos de toda forma de mal.
  • Hay engaño en el corazón de los que traman el mal,
    y gozo en los consejeros de paz.
  • El amor no hace mal al prójimo; por tanto, el amor es el cumplimiento de la ley.
  • Antes bien, sea vuestro hablar: «Sí, sí» o «No, no»; y lo que es más de esto, procede del mal.
  • Los que amáis al Señor, aborreced el mal;
    Él guarda las almas de sus santos;
    los libra de la mano de los impíos.
  • El hombre prudente ve el mal y se esconde,
    los simples siguen adelante y pagan las consecuencias.
  • Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente.
  • Tesoros mal adquiridos no aprovechan,
    mas la justicia libra de la muerte.
  • El Señor te protegerá de todo mal;
    El guardará tu alma.
    El Señor guardará tu salida y tu entrada
    desde ahora y para siempre.
  • Que nadie diga cuando es tentado: Soy tentado por Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal y Él mismo no tienta a nadie.
  • No seas sabio a tus propios ojos,
    teme al Señor y apártate del mal.
    Será medicina para tu cuerpo
    y refrigerio para tus huesos.
  • Lavaos, limpiaos,
    quitad la maldad de vuestras obras de delante de mis ojos;
    cesad de hacer el mal.
  • Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre jamás. Amén.
  • Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí.
  • Porque los ojos del Señor están sobre los justos,
    y sus oídos atentos a sus oraciones;
    pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal.
  • Aunque pase por el valle de sombra de muerte,
    no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo;
    tu vara y tu cayado me infunden aliento.
  • El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
  • El que anda en integridad y obra justicia,
    que habla verdad en su corazón.
    El que no calumnia con su lengua,
    no hace mal a su prójimo,
    ni toma reproche contra su amigo.
  • No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno.
  • Pero fiel es el Señor quien os fortalecerá y protegerá del maligno.
  • Como la sentencia contra una mala obra no se ejecuta enseguida, por eso el corazón de los hijos de los hombres está en ellos entregado enteramente a hacer el mal.
  • Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Juicio verdadero juzgad, y misericordia y compasión practicad cada uno con su hermano. «No oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre, ni traméis el mal en vuestros corazones unos contra otros».
  • Entonces el Señor Dios dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre. Y el Señor Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado.
  • Él que anda con sabios será sabio,
    mas el compañero de los necios sufrirá daño.
  • Rasgad vuestro corazón y no vuestros vestidos;
    volved ahora al Señor vuestro Dios,
    porque Él es compasivo y clemente,
    lento para la ira, abundante en misericordia,
    y se arrepiente de infligir el mal.
  • El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido.
  • Por tanto, aparta de tu corazón la congoja
    y aleja el sufrimiento de tu cuerpo,
    porque la mocedad y la primavera de la vida son vanidad.
  • Porque las costumbres de los pueblos son vanidad;
    pues un leño del bosque es cortado,
    lo trabajan las manos de un artífice con la azuela;
    con plata y oro lo adornan,
    con clavos y martillos lo aseguran
    para que no se mueva.
    Como los espantapájaros de un pepinar,
    sus ídolos no hablan;
    tienen que ser transportados,
    porque no andan.
    No les tengáis miedo,
    porque no pueden hacer ningún mal,
    ni tampoco hacer bien alguno.
  • Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas.
  • El amor sea sin hipocresía; aborreciendo lo malo, aplicándoos a lo bueno.
  • «Porque yo sé los planes que tengo para vosotros» —declara el Señor— «planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.»
  • Y si no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a quién habéis de servir: si a los dioses que sirvieron vuestros padres, que estaban al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa, serviremos al Señor.
  • La fortuna obtenida con fraude disminuye,
    pero el que la recoge con trabajo la aumenta.
  • Porque si en verdad enmendáis vuestros caminos y vuestras obras, si en verdad hacéis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimís al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni derramáis sangre inocente en este lugar, ni andáis en pos de otros dioses para vuestra propia ruina, entonces os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.
  • Buscad lo bueno y no lo malo, para que viváis;
    y así sea con vosotros el Señor, Dios de los ejércitos,
    tal como habéis dicho.
  • El Señor me librará de toda obra mala y me traerá a salvo a su reino celestial. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
  • Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón;
    pruébame y conoce mis inquietudes.
    Y ve si hay en mí camino malo,
    y guíame en el camino eterno.