- Si ustedes realmente me conocieran, conocerían también a mi Padre. Y ya desde este momento lo conocen y lo han visto.
- Enséñame a hacer tu voluntad,
porque tú eres mi Dios.
Que tu buen Espíritu me guíe
por un terreno sin obstáculos. - Él, en cambio, conoce mis caminos;
si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro.
En sus sendas he afirmado mis pies;
he seguido su camino sin desviarme. - El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto me ha ungido
para anunciar buenas nuevas a los pobres.
Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos
y dar vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos. - No me he apartado de los mandamientos de sus labios;
en lo más profundo de mi ser
he atesorado las palabras de su boca. - El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí,
por cuanto me ha ungido
para anunciar buenas nuevas a los pobres.
Me ha enviado a sanar los corazones heridos,
a proclamar liberación a los cautivos
y libertad a los prisioneros. - La bondad y el amor me seguirán
todos los días de mi vida;
y en la casa del Señor
habitaré para siempre. - Le contestó Jesús: —El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él.
- Guía mis pasos conforme a tu promesa;
no dejes que me domine la iniquidad. - Y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí.
- Aun si voy por valles tenebrosos,
no temo peligro alguno
porque tú estás a mi lado;
tu vara de pastor me reconforta. - En ti, Señor, busco refugio;
jamás permitas que me avergüencen;
en tu justicia, líbrame. - Yo les he dado a conocer quién eres, y seguiré haciéndolo, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo mismo esté en ellos.
- Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.
- Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.
- Aunque la higuera no florezca,
ni haya frutos en las vides;
aunque falle la cosecha del olivo,
y los campos no produzcan alimentos;
aunque en el aprisco no haya ovejas,
ni ganado alguno en los establos;
aun así, yo me regocijaré en el Señor,
¡me alegraré en Dios, mi libertador! - No me ofendan; no se hagan dioses de plata o de oro, ni los adoren.
- No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
- Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
- No sean como sus antepasados,
a quienes les proclamaron
los profetas de antaño
que así dice el Señor Todopoderoso:
‘Vuélvanse de su mala conducta
y de sus malas prácticas’.
Porque ellos no me obedecieron
ni me prestaron atención
—afirma el Señor—. - Siempre tengo presente al Señor;
con él a mi derecha, nada me hará caer. - Nada me produce más alegría que oír que mis hijos practican la verdad.
- «Todo está permitido», pero no todo es provechoso. «Todo está permitido», pero no todo es constructivo.
- ¡Cuánto te amo, Señor, fuerza mía!
El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador;
es mi Dios, el peñasco en que me refugio.
Es mi escudo, el poder que me salva,
¡mi más alto escondite! - Si ahora ustedes me son del todo obedientes,
y cumplen mi pacto,
serán mi propiedad exclusiva
entre todas las naciones.
Aunque toda la tierra me pertenece.
Versículo de la Biblia del día
El necio desdeña la corrección de su padre;el que la acepta demuestra prudencia.