- Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, también el que come de mí vivirá por mí.
- Mi enseñanza no es mía —replicó Jesús—, sino del que me envió.
- Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.
- Me has dado a conocer la senda de la vida;
me llenarás de alegría en tu presencia,
y de dicha eterna a tu derecha. - Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé.
- Así que podemos decir con toda confianza:
«El Señor es quien me ayuda; no temeré.
¿Qué me puede hacer un simple mortal?» - Quiero alegrarme y regocijarme en ti,
y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. - Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad;
tu ley la llevo dentro de mí. - Me regocijo en el camino de tus estatutos
más que en todas las riquezas. - En verdad, quien me encuentra halla la vida
y recibe el favor del Señor. - Yo te busco con todo el corazón;
no dejes que me desvíe de tus mandamientos. - Si el mundo los aborrece, tengan presente que antes que a ustedes, me aborreció a mí.
- Yo mismo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre quien veas que el Espíritu desciende y permanece es el que bautiza con el Espíritu Santo”.
- Yo les perdonaré sus iniquidades,
y nunca más me acordaré de sus pecados. - Guíame, pues eres mi roca y mi fortaleza,
dirígeme por amor a tu nombre. - Vuélvanse a mí,
y yo me volveré a ustedes
—afirma el Señor Todopoderoso—. - El Señor está conmigo, y no tengo miedo;
¿qué me puede hacer un simple mortal? - Voy a estar con ustedes un poco más de tiempo —afirmó Jesús—, y luego volveré al que me envió.
- El Señor omnipotente es mi fuerza;
da a mis pies la ligereza de una gacela
y me hace caminar por las alturas. - He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida.
- Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor;
yo espero en el Dios de mi salvación.
¡Mi Dios me escuchará! - ¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.
- Porque me has visto, has creído —le dijo Jesús—; dichosos los que no han visto y sin embargo creen.
- Me propuse más bien, estando entre ustedes, no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo, y de este crucificado.
- Aleja de mí la falsedad y la mentira;
no me des pobreza ni riquezas,
sino solo el pan de cada día.
Versículo de la Biblia del día
¿Quién es este Rey de la gloria?Es el Señor Todopoderoso;
¡él es el Rey de la gloria! Selah