- Sin embargo, no se alegren de que puedan someter a los espíritus, sino alégrense de que sus nombres están escritos en el cielo.
- No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.
- ¡Dichosos si sufren por causa de la justicia! «No teman lo que ellos temen, ni se dejen asustar».
- Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé.
- Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias.
- No me ofendan; no se hagan dioses de plata o de oro, ni los adoren.
- Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.
- Todo lo que se mueve y tiene vida, al igual que las verduras, les servirá de alimento. Yo les doy todo esto. Pero no deberán comer carne con sangre; la sangre es vida.
- Y a ustedes, ¿quién les va a hacer daño si se esfuerzan por hacer el bien?
- No añadan ni quiten palabra alguna a esto que yo les ordeno. Más bien, cumplan los mandamientos del Señor su Dios.
- Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y los protegerá del maligno.
- Ahora, hermanos, quiero recordarles el evangelio que les prediqué, el mismo que recibieron y en el cual se mantienen firmes. Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro modo, habrán creído en vano.
- Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne.
- Estos flecos les ayudarán a recordar que deben cumplir con todos los mandamientos del Señor, y que no deben prostituirse ni dejarse llevar por los impulsos de su corazón ni por los deseos de sus ojos.
- Si el mundo los aborrece, tengan presente que antes que a ustedes, me aborreció a mí.
- En cuanto a ustedes, la unción que de él recibieron permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les enseñe. Esa unción es auténtica —no es falsa— y les enseña todas las cosas. Permanezcan en él, tal y como él les enseñó.
- Sigan por el camino que el Señor su Dios les ha trazado, para que vivan, prosperen y disfruten de larga vida en la tierra que van a poseer.
- Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.
- Lo que sí les ordené fue lo siguiente: ‘Obedézcanme. Así yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Condúzcanse conforme a todo lo que yo les ordene, a fin de que les vaya bien’.
- Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.
- Por la poca fe que tienen —les respondió—. Les aseguro que, si tuvieran fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá”, y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible.
- Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo.
- Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre.
- Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa.
- Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.