- Dichosos los de corazón limpio,
porque ellos verán a Dios. - En mi corazón atesoro tus dichos
para no pecar contra ti. - Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
- El Señor es mi fuerza y mi escudo;
mi corazón en él confía;
de él recibo ayuda.
Mi corazón salta de alegría,
y con cánticos le daré gracias. - Deléitate en el Señor,
y él te concederá los deseos de tu corazón. - Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón.
- Dichosos los que guardan sus estatutos
y de todo corazón lo buscan. - Restaura a los de corazón quebrantado
y cubre con vendas sus heridas. - Quiero alabarte, Señor, con todo el corazón,
y contar todas tus maravillas. - Te alabaré con integridad de corazón,
cuando aprenda tus justos juicios. - Tus estatutos son mi herencia permanente;
son el regocijo de mi corazón. - Por sobre todas las cosas cuida tu corazón,
porque de él mana la vida. - Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
y renueva la firmeza de mi espíritu. - En el agua se refleja el rostro,
y en el corazón se refleja la persona. - El corazón del hombre traza su rumbo,
pero sus pasos los dirige el Señor. - Yo te busco con todo el corazón;
no dejes que me desvíe de tus mandamientos. - Inclina mi corazón hacia tus estatutos
y no hacia las ganancias desmedidas. - Gran remedio es el corazón alegre,
pero el ánimo decaído seca los huesos. - Que te conceda lo que tu corazón desea;
que haga que se cumplan todos tus planes. - Plata refinada es la lengua del justo;
el corazón del malvado no vale nada. - La angustia abate el corazón del hombre,
pero una palabra amable lo alegra. - El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca.
- Enséñanos a contar bien nuestros días,
para que nuestro corazón adquiera sabiduría. - La esperanza frustrada aflige al corazón;
el deseo cumplido es un árbol de vida. - Ahora bien —afirma el Señor—,
vuélvanse a mí de todo corazón,
con ayuno, llantos y lamentos.
Versículo de la Biblia del día
El necio desdeña la corrección de su padre;el que la acepta demuestra prudencia.