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Versículos de la Biblia sobre 'Sábado'

  • Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en el día de reposo.
  • Y aconteció que un día de reposo Jesús pasaba por los sembrados, y sus discípulos, mientras se abrían paso, comenzaron a arrancar espigas. Entonces los fariseos le decían: Mira, ¿por qué hacen lo que no es lícito en el día de reposo? Y Él les dijo: ¿Nunca habéis leído lo que David hizo cuando tuvo necesidad y sintió hambre, él y sus compañeros, cómo entró en la casa de Dios en tiempos de Abiatar, el sumo sacerdote, y comió los panes consagrados que no es lícito a nadie comer, sino a los sacerdotes, y dio también a los que estaban con él? Y Él les decía: El día de reposo se hizo para el hombre, y no el hombre para el día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.
  • Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas un día de reposo, y había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. Pero el oficial de la sinagoga, indignado porque Jesús había sanado en día de reposo, reaccionó diciendo a la multitud: Hay seis días en los cuales se debe trabajar; venid, pues, en esos días y sed sanados, y no en día de reposo. Entonces el Señor le respondió, y dijo: Hipócritas, ¿no desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre en día de reposo y lo lleva a beber? Y esta, que es hija de Abraham, a la que Satanás ha tenido atada durante dieciocho largos años, ¿no debía ser libertada de esta ligadura en día de reposo? Y al decir Él esto, todos sus adversarios se avergonzaban, pero toda la multitud se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por Él.
  • Y acuérdate que fuiste esclavo en la tierra de Egipto, y que el Señor tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y brazo extendido; por lo tanto, el Señor tu Dios te ha ordenado que guardes el día de reposo.
  • Guardaréis mis días de reposo, y tendréis en reverencia mi santuario; yo soy el Señor.
  • Si por causa del día de reposo apartas tu pie
    para no hacer lo que te plazca en mi día santo,
    y llamas al día de reposo delicia, al día santo del Señor, honorable,
    y lo honras, no siguiendo tus caminos,
    ni buscando tu placer,
    ni hablando de tus propios asuntos,
    entonces te deleitarás en el Señor,
    y yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra,
    y te alimentaré con la heredad de tu padre Jacob;
    porque la boca del Señor ha hablado.
  • Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, mas el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que está contigo. Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó.
  • Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo; cosas que solo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo.
  • Guardarás el día de reposo para santificarlo, como el Señor tu Dios lo ha mandado. Seis días trabajarás y harás todo tu trabajo, mas el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios; no harás en él ningún trabajo, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni el forastero que está contigo, para que tu siervo y tu sierva también descansen como tú.
  • Seis días se trabajará, pero el séptimo día será día de completo reposo, santa convocación en que no haréis trabajo alguno; es día de reposo al Señor dondequiera que habitéis.
  • Yo soy el Señor vuestro Dios; andad en mis estatutos, guardad mis decretos y ponedlos por obra. Y santificad mis días de reposo; y que sean una señal entre yo y vosotros, para que sepáis que yo soy el Señor vuestro Dios.
  • Lo principal es la sabiduría; adquiere sabiduría,
    y con todo lo que obtengas adquiere inteligencia.
  • El temor del Señor es el principio de la sabiduría;
    los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.
  • Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
  • Él que anda con sabios será sabio,
    mas el compañero de los necios sufrirá daño.
  • Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho.
  • ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Que muestre por su buena conducta sus obras en mansedumbre de sabiduría.
  • Sabe que así es la sabiduría para tu alma;
    si la hallas, entonces habrá un futuro,
    y tu esperanza no será cortada.
  • Enséñanos a contar de tal modo nuestros días,
    que traigamos al corazón sabiduría.
  • Porque el Señor da sabiduría,
    de su boca vienen el conocimiento y la inteligencia.
  • Por el camino de la sabiduría te he conducido,
    por sendas de rectitud te he guiado.
  • Bienaventurado el hombre que halla sabiduría
    y el hombre que adquiere entendimiento.
  • El temor del Señor es instrucción de sabiduría,
    y antes de la gloria está la humildad.
  • Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra;
    pero con los humildes está la sabiduría.
  • Por la soberbia solo viene la contienda,
    mas con los que reciben consejos está la sabiduría.
  • Adquirir sabiduría, cuánto mejor que el oro,
    y adquirir inteligencia es preferible a la plata.
  • El principio de la sabiduría es el temor del Señor,
    y el conocimiento del Santo es inteligencia.
  • Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia;
    no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca.
  • Por tanto, velad, porque no sabéis en qué día vuestro Señor viene.
  • Porque en la mucha sabiduría hay mucha angustia,
    y quien aumenta el conocimiento, aumenta el dolor.
  • También esto procede del Señor de los ejércitos,
    que ha hecho maravilloso su consejo y grande su sabiduría.
  • Y nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse.
  • Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros.
  • Nadie se engañe a sí mismo. Si alguno de vosotros se cree sabio según este mundo, hágase necio a fin de llegar a ser sabio.
  • En esto sabemos que permanecemos en Él y Él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu.
  • El necio da rienda suelta a su ira,
    pero el sabio la reprime.
  • ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
  • Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
  • Hijo mío, si tu corazón es sabio,
    mi corazón también se me alegrará.
  • ¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!
  • Pidiendo que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor conocimiento de Él.
  • Aun antes de que haya palabra en mi boca,
    he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda.
  • El hijo sabio alegra al padre,
    pero el hijo necio es tristeza para su madre.
  • El sabio de corazón aceptará mandatos,
    mas el necio charlatán será derribado.
  • El principio de la sabiduría es el temor del Señor;
    buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;
    su alabanza permanece para siempre.
  • A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado.
  • ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
  • Pero la sabiduría de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, condescendiente, llena de misericordia y de buenos frutos, sin vacilación, sin hipocresía.
  • Pues nada me propuse saber entre vosotros, excepto a Jesucristo, y este crucificado.
  • Permanezca el amor fraternal. No os olvidéis de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.