- Pon la mirada en lo que tienes delante;
fija la vista en lo que está frente a ti. - Yo le he dicho al Señor: «Mi Señor eres tú.
Fuera de ti, no poseo bien alguno». - El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
- No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.
- En mi corazón atesoro tus dichos
para no pecar contra ti. - Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
- Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
y renueva la firmeza de mi espíritu. - El Señor cumplirá en mí su propósito.
Tu gran amor, Señor, perdura para siempre;
¡no abandones la obra de tus manos! - De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva.
- En mi angustia invoqué al Señor;
clamé a mi Dios,
y él me escuchó desde su templo;
¡mi clamor llegó a sus oídos! - Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
- No bien decía: «Mis pies resbalan»,
cuando ya tu amor, Señor, venía en mi ayuda. - Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.
- Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran, y se les concederá.
- Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa.
- Tu palabra es una lámpara a mis pies;
es una luz en mi sendero. - Cuando en mí la angustia iba en aumento,
tu consuelo llenaba mi alma de alegría. - Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.
- Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes.
- Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.
- Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
- Hijo mío, si tu corazón es sabio,
también mi corazón se regocijará. - Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo;
tú eres mi gloria;
¡tú mantienes en alto mi cabeza! - Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
- Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.
Versículo de la Biblia del día
No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.Versículo de la Biblia al Azar
Confía en el Señor de todo corazón,y no en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
y él allanará tus sendas.Siguiente versículo!Con imagen