Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. | Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. |
Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás. Selah | Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. Selah |
|
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. | Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia. |
¡Esforzaos y cobrad ánimo! No temáis ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová, tu Dios, es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará. | Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará. |
«Ninguna arma forjada contra ti, prosperará, y tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en el juicio. Ésta es la herencia de los siervos de Jehová: su salvación de mí vendrá», dice Jehová. | No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse será refutada. Esta es la herencia de los siervos del Señor, la justicia que de mí procede —afirma el Señor—. |
Así que podemos decir confiadamente: «El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre.» | Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal?» |
Me diste asimismo el escudo de tu salvación; tu diestra me sustentó y tu benignidad me ha engrandecido. Ensanchaste mis pasos debajo de mí y mis pies no han resbalado. | Tú me cubres con el escudo de tu salvación, y con tu diestra me sostienes; tu bondad me ha hecho prosperar. Me has despejado el camino, así que mis tobillos no flaquean. |
Guárdame, Dios, porque en ti he confiado. | Cuídame, oh Dios, porque en ti busco refugio. |
Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. | Ustedes quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes. |
Jehová está conmigo; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. | El Señor está conmigo, y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal? |
Mi escondedero y mi escudo eres tú. En tu palabra he esperado. | Tú eres mi escondite y mi escudo; en tu palabra he puesto mi esperanza. |
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. | Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. |
Hasta vuestra vejez yo seré el mismo y hasta vuestras canas os sostendré. Yo, el que hice, yo os llevaré, os sostendré y os guardaré. | Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice, y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré. |
En cuanto a Dios, perfecto es su camino y acrisolada la palabra de Jehová; escudo es a todos los que en él esperan. | El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que en él se refugian. |
Con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y protección es su verdad. | Pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte! |
Pero yo cantaré de tu poder, alabaré de mañana tu misericordia, porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia. | Pero yo le cantaré a tu poder, y por la mañana alabaré tu amor; porque tú eres mi protector, mi refugio en momentos de angustia. |
Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón, porque de él mana la vida. | Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida. |
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? | ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? |
Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza. | Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza! |
A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. | Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer. |
¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? | ¿Crees que no puedo acudir a mi Padre, y al instante pondría a mi disposición más de doce batallones de ángeles? |
Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre. | Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en el hombre. |
Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo para los que en él esperan. | Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio. |
Fuerte torre es el nombre de Jehová; a ella corre el justo y se siente seguro. | Torre inexpugnable es el nombre del Señor; a ella corren los justos y se ponen a salvo. |
Porque ¿quién es Dios, sino sólo Jehová? ¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? | ¿Pues quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios? |